Aunque no quiso dejar publicar su rostro y su cuerpo en un registro fotográfico, por ser Hare Krishna y porque considera que nosotros no somos cuerpo, sino espíritu, Eval decidió no violar este precepto que tiene su forma de pensar, su estilo de ser.

Dijo que el cuerpo es lo secundario, que lo importante son las obras. Este hombre de 35 años de edad, de contextura delgada, de ojos verdes, tez blanca, de cabellera larga, rubia y ensortijada como la de un rabino, el cual se dedica a vender en el parque Centenario, incienso, literatura hindú y artesanías que el mismo elabora.

Consagrado a esta tendencia del Hare KrisNa, Eval viene de una familia bogotana, su padre es un oficial retirado de la Fuerza Aérea, su madre es pensionada del desaparecido Seguro Social y su hermano es auxiliar de vuelo de una aerolínea internacional.

Se inició en un movimiento llamado “Conciencia de Krishna”, que es una filosofía muy antigua, que nació hace 5 mil años atrás, por lo que tiene sus convicciones y sus reglas.

Pese estudiar para chef, esta profesión la combina con su tendencia religiosa, dice que de Ibagué le encanta su gente, su clima y la naturaleza que rodea a la ciudad musical de Colombia.

“Me siento feliz y al vender varas de incienso, es una forma de que la gente ponga un aroma hindú distinto en su hogar”, dice Eval.

En estos momentos, este hombre se encuentra en un proceso de cambio, dónde está rodeado de luchas emocionales, con el fin de ponerse al servicio de Krishna. Igualmente, busca dominar su cuerpo, ya que no ha trascendido, por lo que anhela es poner su alma al servicio de Dios.

Puede leer: El arte de vivir feliz llega a Ibagué

Anotó que, pese a que su familia ha pertenecido a la milicia, le gustó más la vida espiritual, y de ello lo aprendió de su madre.

Mis conocimientos los transmito a quienes les interesa. Es una forma de hacer llegar conciencia de Krishna, por eso me encanta interpretar la percusión espacial un instrumento hindú con el que se inspira para llegar a lo más alto, dice Eval.

Sus sonidos sirven para hacer terapias, meditación y para llamar a la serenidad y a la paz. Al ser consultado sobre a cuánto ascienden sus ventas en incienso y libros, este hombre descomplicado dijo que es reserva, porque hace parte de su privacidad.

Señala que vive “dónde le pinte el día”, pero por ahora se encuentra en una habitación de una casa humilde, ubicada en la calle 18.

Finalmente manifiesta Eval: "Mi mensaje es que como vivimos en un mundo de hipocresías y egoísmos, en el cual nos enseñan que la primera palabra debe ser “es mío”, quiero decir que lo importante es dejar fluir las cosas, no ponerle trancas a nada, porque de esta manera ser creativos y consolidar proyectos".

Lo importante es avanzar y de paso dejar llegar lo bueno, descartando la ambición, el egoísmo, la envidia, la altivez, la arrogancia, el mal genio, los celos y todo lo que envenena el espíritu, señala  este hombre

Con estas enseñanzas para avanzar a lo espiritual y cuando usted cruce por el parque Centenario sobre la calle 10, podrá toparse con este hombre, que posee mucha riqueza espiritual, dejando de lado lo material.

Luego de estrechar su mano, Eval levanta el manto dónde lleva consigo las cosas más humildes y significativas que vende y que desea compartir con todos los ciudadanos que cruzan de manera rápida por ese transitado sector de la calle 10.