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“En la UT hay una clientelización insufrible”: Profesor asociado
En un documento de 5 puntos, el profesor Alexander Martínez Rivillas devela situaciones que ponen nuevamente a la Universidad del Tolima en el centro del debate. Las observaciones tienen que ver con la intromisión del clientelismo y la politiquería en el primer centro de educación superior del departamento.
En la semana que acaba de pasar, la asamblea de profesores de planta decidió por mayorías solicitar la renuncia del rector Omar Mejía. De acuerdo con lo expresado en el comunicado, la renuncia se exige porque no se quiere que el actual rector termine por instalar otra clientela en la universidad y con ello se trunque el propósito de transformación radical que requiere la institución.
Clientelización
Dentro de las observaciones que plantea el profesor Martínez se destaca: “La clientelización probada de la administración al pasar de 18 mil millones en gastos de personal administrativo a 35 mil millones en la actualidad”. Esa cifra, según el profesor Rivillas, resulta altamente exagerada si se compara con universidades regionales del mismo tamaño.
Burocratización de los procesos académicos
La burocratización extrema de los procesos académicos y académico administrativos, es otro hecho que denuncia el docente Martínez. En este punto señala que la institución tiene más de 900 manuales y formatos para canalizar su funcionamiento, y no cuenta aún con un sistema de información que abrevie dichos procesos.
Ausencia de un sistema de pesos y contrapesos
Afirma que con la aprobación del nuevo Estatuto General se ha perdido todo contenido democrático en la Universidad, “pues las elecciones desaparecieron y solo se permitieron meras consultas. De hecho, todas las direcciones académicas ahora pueden ser ocupadas por personas ajenas a la vida académica e intelectual de la universidad”. Reitera que si esta situación no representa una amenaza a la participación del profesorado y del estudiantado, y a la consolidación de una comunidad académica, “solo puedo decir que lamento mucho tal perspectiva, pero tampoco es aceptable”.
De igual manera asegura Martínez Rivillas que es un mito que tanto el Rector como el Gobernador, por sí mismos, lograron superar la crisis financiera de la UT. “Los recursos a la base presupuestal de la gobernación se conquistaron en medio de protestas profesorales, agendas de presión en los medios de comunicación, movilizaciones en plazas y calles, y denuncias en el Congreso”.
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“Orgía burocrática”
Reitera que posteriormente “gracias a la presión del movimiento estudiantil de todo el país se lograron incrementos a la base presupuestal en 2019, y luego, también gracias a la presión del mismo movimiento, se presentaron otros incrementos al presupuesto bajo el gobierno de Duque”.
Enfatiza el profesor Martínez que con los nuevos recursos y el resultado del propio plan de austeridad, permitió que en dos años se cerrara el déficit, pero hubo un hecho desafortunado de este proceso que ”una vez hecho esto, el rector Mejía aplicó todos los nuevos recursos a una vulgar orgía burocrática. Sin mencionar las evidencias relativas a sobrecostos de contratos que expuse en su momento y la falta de transparencia en las licitaciones, que denuncié con pruebas en otro momento”.
Problemas en la calidad y derroche de recursos
En la denuncia también señala que hay serios problemas de calidad, que hoy son denunciados “con vehemencia por los estudiantes”. Añade que subsiste un derroche de los escasos recursos disponibles. Además, que existen serios problemas de financiación a la investigación y a las publicaciones.
“Hay una clientelización insufrible de la institución. No hay concursos de méritos de funcionarios. No hay una planta docente robusta. Se quebrantó la democracia real. Se pretende regresar a la normalidad académica en el momento más crítico de nuestra historia política después del "Bogotazo". No hay recursos para congresos nacionales e internacionales”.
Sobre esta situación dice que la reacción de varios colegas ha sido la de calificarla como de “un afán revanchista". En ese orden, agrega que son opiniones respetables, pero que lo único que contribuyen es mantener el actual estado de cosas.
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Rechazo a la crítica
Dice el profesor que “la institución se encuentra atravesada por una cultura señorial hacendataria. Rechaza por principio la dialéctica o la crítica, y la hace aparecer como "irracionales", "indignantes", "atrevidas", o "personales". En lugar de atender a los hechos y razonar detenidamente sobre ellos, la reacción inmediata es a respetar sin miramientos a la autoridad establecida”.
Reitera que el debate está abierto, y que para fijar el horizonte con claridad se debe exigir toda la información financiera, de contratación y de gestión de las nóminas administrativas. “Información que deberá ser detallada para modelar de nuevo las posibilidades concretas de un proyecto de universidad, que ya cuenta con las líneas transformadoras de los estatutos propuestos por la comisión profesoral”.
Finalmente, el profesor Alexander Martínez Rivillas quien afirma que lleva 10 años luchando contra el clientelismo en la UT, implora que “Quizá esta generación de estudiantes nos ayude a expulsar de la UT toda práctica amiguista, clientelar y politiquera. Quizá nos ayuden a contar con los 600 docentes e investigadores de planta que se requieren para empezar a impactar la vida económica, política y cultural del departamento”.
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