Lo que parecía un salvavidas a la crisis económica de la Universidad del Tolima (UT), lanzado por el gobernador Óscar Barreto, se convirtió en un engaño fríamente calculado, donde a la larga, el principal centro educativo del departamento podría perder cerca de 65 mil millones de pesos, ahondando más su inestabilidad financiera.

En efecto, el cheque que entregó el mandatario de los tolimenses bajo un supuesto desprendimiento y generosidad de su administración, por la suma de seis mil 302 millones de pesos, en el mes de marzo de 2016, para 'conjurar la crisis' de la UT y como una forma de reforzar el clientelismo barretista que se iniciaba. El regalo cargado de dinamita, fue entregado con un despliegue inusitado de prensa, cámaras, luces, reflectores, fotos, grabadoras y medios de comunicación, donde el mensaje que se transmitió a la opinión era que con ese aporte 'tan valioso' de aumento de las transferencias al alma mater comenzaba la transformación y a escribirse la 'la nueva historia de la universidad'.

Pero nada más alejado de la realidad. Nadie pensó ni sospechó que esa foto mediática donde aparece el mandatario seccional junto al rector de la UT, Omar Mejía, exhibiendo el enorme cheque por la suma ya citada, tenía su veneno; por debajo de la mesa y en forma secreta, donde, incluso, algunos miembros del Consejo Superior de la UT desconocían, que un mes antes, se había suscrito entre Barreto y Mejía, un documento de desistimiento de la demanda que cursaba por una acción popular contra la gobernación, reclamando el pago de de 3000 mil millones de pesos, faltantes del 2015 y los consiguientes del 2016 (seis mil 600 millones), más el incremento IPC (Índice de Precios al Consumidor), por concepto de los aportes que la gobernación tiene que hacer obligatoriamente para el funcionamiento de la universidad.

Pero lo más grave, es que esta demanda va ligada a la deuda histórica que ha tenido la gobernación del Tolima, por concepto de las transferencias para el funcionamiento de la institución en virtud a la ley 30 de 1992, que no se hacía correctamente, donde los equipos financieros que han analizado y realizado los cálculos esta llega a los 65 mil millones de pesos.

Este leonino acuerdo clandestino, entre el gobernador Óscar Barreto y el rector de la UT Omar Mejía, ya fallado por el Tribunal Administrativo del Tolima, pone en grave riesgo la existencia financiera futura de la universidad al condonarle al departamento la cuantiosa deuda y declararse la UT a paz y salvo con el gobierno seccional por concepto de transferencias.  

En esta forma, queda al descubierto que el show publicitario que se montó hace más de cuatro meses, era una farsa tan grande como edificación de la propia gobernación y la catedral juntas, donde los intereses económicos  de la UT quedaron enormemente afectados y el gran ganador fue el gobernador Barreto.

También se demuestra la falta de autonomía, carácter y la dependencia absoluta del rector Mejía de su mentor y jefe político Óscar Barreto.

En este segundo mandato, Barreto fue más allá que el primero (2008-2011), en este no le dio un centavo a la UT, ahora por el contrario,  le quita la deuda histórica que tenía el departamento con el claustro universitario por cerca de 65 mil millones de pesos, gracias a la actitud entreguista de un cuestionable rector universitario que no merece ese título.

Este escándalo hasta ahora comienza y no se sabe cómo terminará, aquí anexamos los documentos para que los lectores se tomen su propio criterio.  (Ver: Acuerdo y fallo del Tribunal Administrativo)

El rechazo de los profesores

Los estamentos universitarios ante este inexcusable hecho, han comenzado a denunciar y a levar su voz de protesta y la Asociación Sindical de Docentes de la UT (Asdut), a través de un comunicado expedido en las últimas horas de este 17 de agosto, sobre el tema expresa: "(...) asustan y entristecen profundamente en esta “nueva historia” como la noticia sobre el lamentable acuerdo que firmaron el gobernador del Tolima y el rector Omar Mejía para desconocer, de común acuerdo, la millonaria deuda histórica que tiene la gobernación con la Universidad del Tolima a pesar de existir un fallo jurídico en favor del pago de esta deuda para la Universidad del Tolima. Esto nos deja muchas preguntas entre las que podemos citar algunas. Por ejemplo: ¿Por qué esta decisión que afecta de manera tan directa y negativa las posibilidades de financiamiento de la universidad no se hizo pública sino hasta siete meses después? ¿Por qué los miembros del CS no hablaron de esto en su momento?, ¿Quiénes en el CS votaron a favor de este nefasto acuerdo?, ¿Por qué no se consultó ni se convocó a la comunidad a conocer esta iniciativa en la que peligra de manera tan directa la educación pública del Tolima?, ¿Cuántos debates tuvo este asunto en el CS? ¿Qué dijo al respecto el representante de los profesores en los debates sobre este tema, si es que se dieron tales debates al interior del CS?, ¿Por qué el representante de los profesores no comunicó esto a quienes él representa, es decir, a los profesores de la Universidad del Tolima?

Todos recordamos con vergüenza ajena aquel día al comienzo de este año cuando el gobernador convocó a periodistas para hacer pública su “generosidad” y entregó un cheque al estilo de show mediático afirmando su “compromiso” con la Universidad, aunque sin mencionar que el cheque obedecía a una orden judicial de pago. Con tristeza ahora nos preguntamos: ¿Cómo es que una deuda que un juez ordena pagar a la universidad se convierte en un circo de cheques gigantes en ruedas de prensa que oculta a la comunidad las verdaderas intenciones electoreras?, ¿Qué concepción de universidad tiene el rector actual para firmar un acuerdo con semejantes implicaciones económicas, políticas y éticas para nuestro claustro?, ¿Cuáles son las gestiones reales que cumple el rector actual para garantizar la continuidad de la UT y la consecución de nuevos recursos?", concluye Asdut, sobre el punto relacionado con este nefasto acuerdo.

(Ver comunicado completo)