Los egresados de la Universidad del Tolima, Andrés Viuche y Maria Paula Enciso, redescubrieron la rana Atelopus subornatus, y hoy en día  trabajan por su conservación en el Bosque Galilea. 

La investigación empezó en 2017, debido al interés por conocer las especies de anfibios que habitan en este lugar tan  poco explorado. Actualmente también se han unido al grupo de trabajo los biólogos Johan Galindo y Carlos Romero.

"No esperábamos encontrarla porque es una especie que se creía extinta, ya que no se tenían registros desde hace más de 20 años en su localidad de este tipo, que es Cundinamarca”, asegura María Paula. 

Asimismo, ella especifica que esta especie es muy sensible y su mantenimiento en el ambiente es complejo debido a los múltiples factores que la amenazan. Entre ellos el cambio climático y el hongo conocido como Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), que ataca la piel de las ranas; para lo cual ha sido clave el alto nivel de conservación en el que se encuentra el Bosque Galilea.  

El Atelopus subornatus, también es conocida como rana arlequín vientre de fuego, por la coloración que pueden presentar en la parte baja de su cuerpo. Amarillo, naranja o rojo, en las hembras; y blanco o crema en los machos. Acompañados de manchas en su dorso. 

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En su redescubrimiento en 2017, hallaron un macho adulto, un sub adulto y dieciséis renacuajos. Tras regresar en enero de este año, se encontraron con siete adultos y aproximadamente mil renacuajos. 

La demora para el regreso se debió a la falta de recursos económicos y al difícil acceso a esta zona del Bosque Galilea. 

Recientemente la Sociedad de Conservación de Vida Silvestre (WCS Colombia) puso sus ojos en el proyecto y decidió apoyar a estos biólogos egresados de la UT. 

Se espera realizar otra salida de campo al Bosque de Galilea en los meses de abril o mayo durante la temporada de lluvias, para encontrar a estos animales en su época reproductiva y así evaluar de mejor manera el estado de la población. 

El grupo de investigadores continuará gestionando recursos para no dejar de lado el proyecto, y a partir de esto, determinar si la especie necesita ser intervenida o si sólo se debe seguir monitoreando. Todo con el objetivo de evitar su extinción.