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La ratonera del PAE de Ibagué
La indignación de innumerables padres de familia de estudiantes de las escuelas públicas de Ibagué, es más que justa.
No se les podía convocar a una engañifa tal que hasta las ratas salieran a recibirlos en señal de adelanto de un mercado miserable, por demás costoso y de pésima calidad.
Casi una broma macabra.
Los bonos que creó el ministerio de Educación como un suplemento alimentario para los escolares a través del Programa de Alimentación Escolar (PAE), con el objeto de garantizar la asistencia y la salud de los educandos, en algunos lugares del país, entre ellos la Ciudad Musical de Colombia, se han convertido en nidos de corrupción, donde algunos proveedores inescrupulosos, ganan millonadas a costa de la alimentación de niñas, niños y adolescentes que están registrados con matrícula oficial.
En Ibagué, existen 37 mil estudiantes con este derecho representado en un bono de 50 mil pesos, para cada estudiante que por obligación deben ser entregados en mercados, lo que constituye una inversión global de 1.850 millones de pesos, mensuales.
Una bolsa donde los beneficiarios escasamente se llevan las migajas, en ocasiones en mal estado, y el grueso del ponqué se lo comen los proveedores avivatos de este criminal negocio.
Por fortuna, en el negocio del PAE de Ibagué, y ante la situación de orden público y social que vive el país, y por ende el Tolima y su capital, los padres de familia al sentirse no solo engañados sino humillados, con sus relatos y denuncias en redes sociales y medios de comunicación, se levantaron contra este atropello y despojo que intentaba hacer la Administración Municipal de las ayudas que el gobierno nacional hace a través de este programa de alimentos escolares.
Y precisamente, debido a la protesta generalizada de los padres de familia, el alcalde Andrés Hurtado se vio obligado a recular y a suspender de inmediato este contrato con tiendas “Al Mercar”, una entidad comercial desconocida en Ibagué, encargada de la distribución de los bonos de 50 mil, que en la práctica los entregó representados en mercados de 35-36 mil pesos, de mala calidad, tal y como lo reconoce el propio mandatario local; donde se le restó, quitó o hurtó, 15 o 14 mil pesos a cada uno de los 1.300 mercados que se alcanzaron a entregar a los padres de familia.
Pero además de eso, el alcalde también reconoce que las tiendas “Al Mercar”, no cuentan con la infraestructura logística para atender a los beneficiados.
El contrato o adjudicación de este contrato según el alcalde Hurtado y su secretario de Educación, Juan Manuel Rodríguez, se hizo por subasta inversa, y según ellos, el municipio no tuvo nada que ver en esta adjudicación.
No obstante, existen preguntas y versiones que quedan por aclarar en esta situación del PAE de Ibagué, como si el que se ganó la licitación es otra empresa que crearon los mismos de Construyamos Colombia, para hacer uniones temporales y contratar en términos generales como lo han hecho con el Departamento desde hace ya varios años.
Construyamos Colombia, es representada por Victoria Eugenia González Zuluaga, considerada la ‘Zar’ de la contratación del PAE en el Tolima, en una nota aparecida en el diario El Nuevo Día, el 22 de diciembre de 2017, donde se indica que: “La representante legal de la fundación Construyamos Colombia, operadora del Programa de Alimentación Escolar en Ibagué y el Tolima, fue señalada por la Procuraduría de pertenecer a un millonario ‘cartel’ de contratación.
Victoria Eugenia González Zuluaga, una próspera empresaria oriunda de Fresno que ha manejado más de 92 mil millones de pesos a través de jugosos contratos del Programa de Alimentación Escolar (PAE), fue señalada por la Procuraduría General como uno de los cinco ‘zares’ que dominan la operación en el país”.
El informe añade una relación de contratos irregulares del PAE suscritos entre el gobierno y esta firma, que podría ser la misma que está comprometida con distinto nombre (Tiendas Al Mercar), en el escándalo de Ibagué.
No sobra advertir que por hechos tan aberrantes de corrupción como este, es que los jóvenes hoy han salido en multitud a las calles de Colombia. No hay derecho, como se acaba de demostrar con este caso, el nivel de desfachatez de los corruptos y no pasa nada. Los entes de control, siguen siendo unos convidados de piedra.
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