En Colombia, el fenómeno del préstamo "gota a gota" ha crecido de manera alarmante en los últimos años, convirtiéndose en una de las formas más comunes de préstamo informal en el país. Este método de empréstito se ha extendido en las zonas más vulnerables y ha afectado a miles de personas, especialmente a aquellos que no tienen acceso a servicios financieros formales.

El préstamo "gota a gota" consiste en prestar una cantidad de dinero a una tasa de interés diaria, con el fin de que el prestatario pague intereses diarios hasta que la deuda sea saldada en su totalidad. La tasa de interés que se cobra por este tipo de préstamo es extremadamente alta, lo que lleva a los prestatarios a caer en una espiral de endeudamiento y a menudo terminan pagando más de lo que originalmente tomaron prestado.

Sandra es dueña de una tienda en el barrio Jardín, su desconocimiento del sistema financiero, de entidades cooperativas o bancos de escala la llevaron a caer en esa red en donde ya lleva tres meses. Solicitó un millón doscientos mil pesos, ahora paga 30 mil pesos diarios de interés y costo de oportunidad. ¿Cuántas veces ha pagado el dinero que le prestaron? 

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Las motos con dos personas y una libreta intimidan a los deudores. Algunas veces no cuentan con el mínimo y hacen acuerdos de pago, una minoría tiene que desplazarse a otros lugares, lejos del prestamista, lejos inclusive de su familia. 

Este método de préstamo es un gran problema social, ya que ha llevado a muchas personas a la ruina financiera y ha tenido un impacto negativo en la economía local. Las tácticas intimidatorias para asegurarse de que los prestatarios paguen a tiempo, lo que ha llevado a un aumento de la violencia invisible para muchos ciudadanos, manteniendo a los más vulnerables en la pobreza.

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Mientras tanto, personas como Sandra continúan luchando por salir de la espiral de endeudamiento en la que han caído, ojalá los bancos con énfasis social puedan tenderle la mano, porque al final sí tiene para pagar esa deuda.