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Técnicas, llaves y golpes: las MMA profesionales en Ibagué

Técnicas, llaves y golpes: las MMA profesionales en Ibagué

Por: Juan Sebastian Giraldo Guzmán


Con la luz tenue de una luna menguante y el incandescente blanco de las farolas del Parque Deportivo de Ibagué, centenares de personas se aglomeraban a las puertas del Coliseo Mayor. La expectativa era alta, pues ese 24 de agosto se desarrollaría ‘Noche de Titanes’, el “supuesto” primer evento profesional de artes marciales mixtas en la ciudad, por lo que los ánimos estaban puestos en hacer historia.

Al ingreso, me topé con un viejo amigo que había conocido hace años en Fresno, al norte del Tolima. Saludó con entusiasmo, me dio el siga y manifestó, con ilusión, que él era uno de los organizadores del evento. Él, junto a un socio suyo y un influencer, tuvieron la misma idea de otros antes que ellos: impulsar el deporte en la ciudad y crear una vitrina deportiva para jóvenes que quisieran mostrarse al mundo como promesas de las artes marciales mixtas.

Las MMA estaban lejos de mi radar y del de muchos colombianos, ya que no era, ni de cerca, tan popular como el fútbol, el ciclismo, el baloncesto o incluso el boxeo, otro deporte de contacto, pero con mayor historia en el país gracias a Kid Pambelé. Sin embargo, sería grosero afirmar que las artes marciales mixtas no tenían un público, teniendo en cuenta el amplio recorrido de esta industria en Colombia durante los últimos años.

En el inicio de la década de los 2000, producto de la ola impulsada por la popularidad de la UFC en los Estados Unidos, algunos gimnasios en Colombia, dedicados a la práctica del jiu-jitsu brasileño, el muay thai y el boxeo, decidieron empezar a practicar las artes marciales mixtas, creando así un nicho para este deporte. Bogotá y Medellín fueron las primeras ciudades en implementar pequeños eventos de exhibición de MMA alrededor de 2010.

Ibagué tuvo que esperar varios años para sumarse a esta nueva tendencia. Cuando lo logró, el mayor responsable fue, quizás, Casa Korea Fighter, un gimnasio de la ciudad que dictaba clases de boxeo y que poco a poco fue implementando el jiu-jitsu brasileño, el kick boxing y el hapkido hasta convertirse en una de las escuelas de artes marciales mixtas más importantes del país.

Casa Korea Fighter fue el primero en apostarle a la realización de pequeños torneos de exhibición amateurs en sus instalaciones a partir de 2016. En ese proceso, el sensei Luis Hernández buscó apoyos de diferentes entidades públicas y privadas para crear eventos periódicos y brindar un espacio a sus estudiantes para que se foguearan con otros luchadores de diferentes regiones del país, de este modo, poco a poco, fue consolidándose la escena de las MMA en Ibagué.  

Con la experiencia y el respaldo ciudadano obtenidos en el primer año, Casa Korea Figther decidió realizar el primer evento profesional de artes marciales mixtas en el Tolima. Se trató de ‘Brutal Team 2’, una noche de 14 peleas en Container City que tuvo lugar el 30 de septiembre de 2017. En esa ocasión la pelea principal tuvo a Mauricio Otalora, el mejor deportista de MMA de Ibagué, y el venezolano Anthony Suarez.

A este evento, le siguieron otros de carácter amateur que se realizaban dos veces por año, hasta que, en 2022, Casa Korea Fighter volvió a apostar por un evento profesional de gran escala. ‘Korea Fighter 4’ fue el primer gran evento que recibió el nuevo Coliseo de Combates del Complejo Deportivo de la Calle 42, luego de haber sido destruido y abandonado en 2015 por el desfalco de los Juegos Nacionales en el mandato del alcalde Luis H. Rodríguez. 

—En Ibagué es muy difícil. No hay mucho apoyo por parte de las personas. La única ciudad de Colombia que puede alardear de tener eventos de MMA con 2 mil o 3 mil espectadores es Medellín. Aquí, lo máximo que hemos conseguido en un evento son 750 personas y es un gran número a comparación de otras ciudades —contó para El Cronista.co, el sensei Luis Hernández. 

Sin ser consciente de todo ese contexto y con la única experiencia de haber visto la pelea entre Khabib Nurmagomedov y Conor McGregor por televisión en 2018, ingresé a las instalaciones y me dirigí hasta el octágono en el que se desarrollarían las peleas de la ‘Noche de Titanes’.

El lente en la rejilla

Luego de varias presentaciones musicales y dancísticas, el presentador anunció el inicio de la primera pelea, dos amateurs: Mateo González y Allan Ocoró, ambos tolimenses de alrededor de 66 kilógramos. Corrí de inmediato hacia la malla del octágono. Abertura 4.5, ISO 1600, velocidad de obturación de 1/500, enfoque manual y disparos en serie.

González, de guantes azules, fue el primero en tomar la iniciativa y arrinconó en un vértice lejano a Ocoró; sin embargo, el de guantes rojos, veloz y sagaz, supo salir de ello hasta darle la vuelta y someter a González en una esquina cercana. Allí le conectó varios rodillazos en el estómago y golpes laterales en sus hombros. La campana sonó y el primer round terminó con una aparente paridad.

El segundo round tenía un claro favorito. De piel oscura y rastas, Ocoró estaba mucho mejor físicamente y fue desgastando a su oponente paulatinamente, hasta que la primera caída a la lona terminó por decantar la balanza a su favor. Los primeros ¡Uuuh! Del público llegaron con varios puñetazos conectados al rostro de Gonzales que no podía ponerse de pie. Sonó la campana: el de guantes azules consiguió la victoria por Knock-out técnico.

‘El Menor’ y una de las peleas más esperadas por el público

La serie de batallas amateurs la cerraría un encuentro esperado por muchos, la pelea entre dos influencers, El Menor de Ibagué y El Grillo de Armenia. El toque especial del combate tenía que ver con el debut de El Menor en un octágono de artes marciales mixtas, uno de los momentos más esperados de su vida, ansioso por ver los frutos de su entrenamiento con el maestro Mauricio Otálora.

Edgar Ramírez o ‘El Menor’, como es conocido en redes sociales, es un creador de contenido querido por muchos en Ibagué. Es boxeador y peleador de artes marciales mixtas amateur y su contenido busca impulsar el deporte y la sana convivencia entre los jóvenes de las zonas de tolerancia de la ciudad.

Vivó en España por varios años, donde trabajó en oficios relacionados a la gastronomía. Regresó a Ibagué en medio de una difícil situación económica que ha tenido que atravesar desde entonces junto a su esposa y sus dos hijas. Hace poco más de un año, incursionó en las redes sociales impulsado por su propia experiencia de vida y su vocación social.

Amo la social y hago las cosas de corazón porque cuando yo sufrí un tema de salud muy fuerte, cambié mi forma de vida y me enfoqué al deporte. Si yo pude cambiar, ¿por qué no va a poder otra persona? Aquí menores de edad en bares, vicio en todos lados, suicidios constantes, y uno puede ayudar bastante simplemente reuniendo chicos y enseñándoles, totalmente gratis, a boxear y aprovechar su tiempo —mencionaba El Menor.

La pelea comenzó con múltiples patadas al muslo derecho de El Grillo. La estrategia de El Menor fue clara desde un principio, desgastar a su oponente hasta que no pudiera levantarse y rematarlo en el suelo. El primer round terminó sin grandes emociones, pero con unos incipientes resultados que favorecían la estrategia de El Menor y que se reflejaban en la pierna hinchada de El Grillo.

El Menor, de guantes azules y coleta, continuó con su estrategia de patadas laterales hasta que, en el ocaso del segundo round, dio resultados. El Grillo trastabilló, perdió el equilibrio y cuando estaba cayendo, El Menor conectó un fuerte izquierdazo contra su rostro. Ya en el suelo, el árbitro detuvo el combate. El grito de victoria de El Menor fue acompañado al unísono de el del público y su familia que también celebraban su debut de ensueño.

El momento de los profesionales

La diferencia entre profesionales y amateurs era indescriptible. El público y quienes estábamos pegados a la lona enmudecimos a los 40 segundos del primer combate, anonadados vimos la llave de Gerson Monroy a Mauricio Santana que determinó su victoria por sumisión en una esquina del octágono, mientras las cámaras apuntaban a su dorso cubierto por heridas abiertas y líneas paralelas ensangrentadas.

Las batallas continuaron con los encuentros entre Duván Roa y el ‘Animal’ Andrade, Cristian Giraldo y Fausto Gómez, que, con diferentes técnicas de muay thai, judo, sambo, taekwondo, lucha grecorromana y más, dieron todo un espectáculo de resistencia, ferocidad y estrategia para imponerse ante sus rivales por decisiones unánimes de los jueces.

La siguiente era una batalla internacional. Mauricio Díaz ‘El guerrero de Dios’, de Ibagué, se enfrentaba contra Joao Machado, de Brasil. El local escapó de un intento de caída de su rival a pocos segundos del inicio del primer round y logró colocarse encima suyo y “castigarlo” sobre la lona un buen rato. Con su tatuaje de One Piece a la espalda, Díaz terminaba el primer round un poco mejor que su rival, quien tan pronto llegar a su silla de descanso, escupió un chorro de sangre contra la toalla.

Sin embargo, el extranjero experto en el jujitsu brasileño, cambió su estrategia y aprovechando sus 88 kilógramos, empezó a romper la defensa de Díaz con golpes potentes que, poco a poco, iban surtiendo efecto e inutilizando las técnicas de karate de su rival. El carioca celebró con brazos abiertos su victoria en suelo ibaguereño tras escuchar el veredicto de los jueces.

La última pelea fue, quizás, una imagen que resumiría las impresiones del evento a nivel logístico y económico que se darían a conocer días más tarde. Luego de ser anunciado, literalmente con fuegos y centellas, Mauricio Otálora, viejo conocido en las batallas de Casa Korea Fighter, tomó el micrófono y anunció que no pelearía. “Hay problemas logísticos que no puedo pasar por alto. Entrené ocho meses para esta pelea, pero no puedo poner en riesgo mi carrera. Lo siento mucho”, dijo.

Ante la mirada incrédula del público y de su rival mexicano, Allan Pichungas Ruiz, el presentador dio por terminada la velada y agradeció a deportistas y asistentes.

En diálogo con varios peleadores locales, ignorando el desafortunado final de la ‘Noche de Titanes’, su perspectiva y sueño eran el mismo que en 2016 tuvieron los pioneros del deporte en la ciudad: seguir apostándole a las MMA y creando espacios para nuevos talentos del Tolima. 

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