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¿Suman o restan votos los comentarios de lenguas desbocadas?
Los comentarios, así sean de opinión, deben reflejar ciertas normas de veracidad, respeto y sindéresis hacia las personas contra las que se dirigen las críticas.
Todo no es válido ni mucho menos darle rienda suelta a la lengua, como si se tratara de trapear las alcantarillas de la ciudad, utilizando términos calumniosos y descomedidos que nunca sus autores pueden comprobar.
Por eso, los términos utilizados por algunos amigos cercanos al exgobernador y candidato al Senado Óscar Barreto, contra la empresaria Olga Beatriz González, tratándola de paramilitar, corrupta y comparándola como "La Gata” del Tolima, están fuera de todo contexto. Se trata de epítetos desconsiderados, desproporcionados y lejanos de la verdad. Son misóginos, xenófobos y homofóbicos.
Estos señalamientos surgidos como respuesta a unas declaraciones de Olga B. al diario El Nuevo Día, donde se refirió, entre otros, a temas de corrupción deberían tener una respuesta política dentro del contexto que estos se profirieron, aportando pruebas y argumentos para desvirtuarlos, pero jamás con diatribas vulgares y ofensivas por el hecho de ser mujer.
Para ganar indulgencias con el jefe no se necesita de acudir a bajezas ni maltratos, mucho menos contra una mujer. Nada más contradictorio y en contravía al discurso que le hemos escuchado y leído a Óscar Barreto. Quién desde su punto de vista político conservador, nunca ha menospreciado a la mujer, menos tratarla mal o despectivamente, incluso dos mujeres de su movimiento, Adriana Magaly Matiz, es candidata a la gobernación del Tolima y otra es firme aspirante a la Cámara de Representantes, Delcy Esperanza Isaza, lo que constituye un reconocimiento al liderazgo de la mujer en el conservatismo.
A esos ‘amigos’, que limpian el saco, le sacuden la caspa de la solapa, le brillan los zapatos y se pasan de lambones, hay que tratarlos con cierta desconfianza, más en política. Los que se dicen incondicionales, no tienen capacidad de crítica, son elementos sin independencia para pensar y para actuar, que así como adulan y alaban pueden fácilmente traicionar.
La política es una ciencia que se debe ejercer con nobleza, capacidad intelectual y fuera de pasiones.
Se debe argumentar antes que vociferar o agredir con la palabra.
Por fortuna, en esta oportunidad, amigos y enemigos de Olga B. se han levantado a rechazar este tipo de agravios que desdicen de quienes los profieren.
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Hasta el senador Miguel Barreto, del partido conservador, se sumó a esta ola de indignación y de solidaridad con la candidata a la Cámara de Representantes por el partido Liberal. Lo mismo hizo Carlos Edward Osorio, candidato a la Cámara por el Centro Democrático.
Sería interesante conocer la opinión del exgobernador y candidato al Senado Óscar Barreto, frente a estos hechos. Pensamos que al igual que muchos de sus copartidarios los rechazará.
No sabemos si este tipo de ‘amigos’, que escriben comentarios tan desatinados, suman o restan votos.
Nosotros los contamos en los que quitan; pero quienes tienen los instrumentos para corregir estas equivocaciones son los propios dirigentes conservadores.
Además, nos adherimos a todos los que han manifestado su solidaridad con la señora Olga Beatriz González, independientemente de su posición política, o que estemos en acuerdo o desacuerdo con su manera de actuar o pensar.
Rechazamos la violencia verbal venga de donde viniere, estamos en contra de los odios políticos, o de cualquiera otro género, la xenofobia, la misoginia y la homofobia.
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