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Se fue un grande de la literatura y el periodismo tolimense

Se fue un grande de la literatura y el periodismo tolimense

En la madrugada de este jueves 29 de abril de 2021 se confirmó el fallecimiento del reconocido escritor y periodista tolimense, Camilo Pérez Salamanca. 

Su muerte se conoce exactamente una semana después que murió su esposa, María Idaly Aguiar, compañera de toda la vida, quien leía y escribía por él, producto de su ceguera. A raíz de esa gran pérdida, Camilo Pérez entró en depresión y dejó de comer, lo que agravó la diabetes que sufría desde hace unos 30 años. 

Camilo, nacido en la vereda China Alta, en el año 1946, se convirtió en uno de los cronistas y narradores más importantes que ha tenido Ibagué. A lo largo de su vida publicó 15 libros, entre los que se destacan Reportaje a la universidad (1996), El país de Pedro Bronco (1997), Una canción sin ternura (1980), La ciudad donde Dios leyó un poema (2003), entre otros.

Pérez Salamanca fue destacado miembro de la Universidad del Tolima. Allí fundó las revistas Panorama universitario, NotiUT y Crónica universitaria; además fue jefe de prensa de la institución durante 15 años. En el ámbito periodístico también dirigió la Revista Tolima.

El gestor cultural Víctor Sanchez dijo que "Sus libros son memoria y patrimonio cultural de la ciudad. Aplausos por su vida y un fraterno abrazo a sus familiares y entrañables amigos de la cultura. Corcultura - Colectivo Ibagué en Flor".

"A Ibagué le faltó hacerte un homenaje, Camilo Perez Salamanca. Ahora que te has ido y que es muy tarde, carece de sentido", escribió el exsecretario de Cultura de Ibagué, Ricardo Cadavid. 

Lo último que escribió Camilo Pérez fue el poema Mi Esposa, dedicado a su compañera de toda la vida. En la introducción, Camilo dijo:

"Estas últimas cinco noches de soledad, desespero y angustia en permanente vigilia han destruido por momentos mi pensamiento llevándome a unos lugares del desvarío en el que ella aún está presente y me habla, la he buscado sin encontrarla y entonces me la he inventado, mi familia y quienes me cuidan temen por mi cordura… ¡45 años al lado de ella y desaparecer en un minuto! No es fácil acostumbrarme a esa soledad irremediable que, aunque llena de recuerdos me genera muchas lágrimas, no por remordimiento sino por la pesadumbre de su ausencia". 

Finalmente no resistió la ausencia. Ahora descansa en paz uno de los personajes que más le aportó a la memoria colectiva de Ibagué.

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