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Por mucho madrugar no amanece más temprano

Por mucho madrugar no amanece más temprano

El dicho popular de querer pegar primero para pegar dos veces, está por verse. No por precipitar los acontecimientos, el cauce natural de las cosas va a cambiar de rumbo, menos si las transformaciones necesarias y requeridas no se muestran por ninguna parte.

Para estos afanes hay también dos sentencias populares que enfocan de manera más realista esta situación de apresuramiento del liberalismo tolimense en buscar de manera afanosa una pesca milagrosa de votos: del afán no queda sino el cansancio y no por mucho madrugar amanece más temprano.

Nos asalta el temor que esa pretensión de ser los primeros para obtener más votos es una formula arriesgada, y un tanto equivocada. No es el tiempo el que decide una situación política sino las propuestas de los candidatos, la capacidad y credibilidad que encarnen en los electores, amén de ciertas marrullas y halagos que funcionan en nuestro medio, y que utilizan algunos candidatos de todos los partidos, especialmente ofrecimientos indecorosos donde el elector pasa a ser una mercancía que se compra o se vende o se vende de acuerdo con la demanda del mercado electoral.

Pero hay algo más. En esta situación concreta del liberalismo del Tolima, desde hace mucho tiempo su añeja dirigencia viene ofrecido cambios y renovación que hasta el momento no han tenido ningún efecto. Desde hace años estamos a la espera que en las toldas rojas surjan cuadros nuevos llamados a emprender los cambios que necesita ese partido.

Salvo los escarceos de Camilo Delgado y César Picón, que realizan un trabajo con las bases en forma permanente, aún no llenan las expectativas ni han demostrado tener un electorado que sobresalga y les permita irrumpir como líderes sin necesidad de las muletas de sus jefes.


“Es más importante para el liberalismo del Tolima, utilizar la actual campaña electoral para mostrar nuevas caras, lanzar nuevos liderazgos, presentar innovadoras propuestas, que apresurarse, tempraneramente, a avalar una lista a la Cámara de Representantes con sabor a miel y ají picante a la vez”.


Con esto no queremos decir, que más adelante puedan demostrar su poder dentro del partido, ni tampoco estamos desconociendo el trabajo y la historia que tienen dirigentes naturales de esa colectividad como Mauricio Jaramillo, Guillermo Santos, Ángel María Gaitán y Olga Beatriz González, entre otros.

Por el momento, las listas de candidatos a la Cámara de Representantes que nos ofrece el partido Liberal del Tolima, es más de lo mismo, salpicadas con aderezos que tratan de mejorar el sabor como en el caso de Olga B., Delgado y Gentil Gómez, pero que tiene ingredientes como Graciela Vergara, que las veces que fue elegida por el liberalismo como diputada a la Asamblea, siempre lo traicionó y terminó al servicio del jefe conservador Óscar Barreto. Premiar a esta señora solo lo entienden quienes confeccionaron las listas y el ‘Extraño Mundo de Subuso’.

Y otra papa caliente que tiene esta lista es el nombre de J.J. Palacios, recién desempacado del Centro Democrático y que nadie entiende ese cambio de 180 grados, de pasar de un movimiento tan ultraderechista y reaccionario, enemigo cerril de la paz y de toda la política y plataforma social que encarna el liberalismo, a defender ahora precisamente esos postulados.

Mientras tanto, se desconoce a una mujer como Dana Castro, una joven revelación de la política liberal, que ha mostrado en el Concejo del Líbano, no solamente un trabajo serio y responsable, sino que ha actuado con transparencia y pulcritud, principios poco practicados ya en estas corporaciones.

Pero, además, Dana ha mostrado también ser una joven capaz, que tiene en su cabeza no solo los problemas de su pueblo natal sino del Tolima y el país, está nutrida del ideario social del Liberalismo que es el mismo de Jorge Eliécer Gaitán y de Rafael Uribe Uribe. Es una promesa en ciernes que se debe aprovechar y promocionar, no desechar ni excluir.        

Consideramos que es más importante para el liberalismo del Tolima, utilizar la actual campaña electoral para mostrar nuevas caras, lanzar nuevos liderazgos, presentar innovadoras propuestas, que apresurarse, tempraneramente, a avalar una lista a la Cámara de Representantes con sabor a miel y ají picante a la vez.

Ciertamente, cómo explicar que el Partido Liberal del Tolima no aproveche estos tiempos turbulentos e inciertos, para lanzar con audacia y creatividad una propuesta renovadora, que de esperanza de cambio, que empiece a poner fin a esa vetusta y nociva forma de hacer política. Si así lo hiciere, ahí sí valdría la pena ser los primeros en presentar la lista.


Por:
Henry Rengifo
Humberto Leyton

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