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Milton Restrepo, el Torquemada de Ibagué

Milton Restrepo, el Torquemada de Ibagué

Por: Humberto Leyton 


Usurpando funciones propias de la secretaria de Gobierno, la Alcaldía de Ibagué o de la Policía, el gerente de Ibagué Limpia, Milton Restrepo, salió a ofrecer 20 millones de pesos de recompensa por quién o quienes suministren información de los responsables de los grafitis en el monumento al “Águila que alza vuelo”, localizado en las piscinas olímpicas de la 42. 

La iniciativa del ultraderechista funcionario ha recibido el rechazo de diferentes sectores políticos y sociales de la ciudad. La consideran exagerada y fuera de foco, cuando la ciudad tiene problemas más serios y urgentes que resolver como: la corrupción, la malla vial destrozada, la escasez del servicio de agua potable para el consumo humano, la inseguridad, la falta de aseo y el problema de basuras, el abandono de los escenarios recreativos como el parque Centenario y los polideportivos de los diferentes barrios y el embellecimiento de la ciudad que le compete precisamente a Restrepo, entre otros problemas que aquejan a la capital del Tolima.

No se  considera pertinente, adecuado ni justo, ofrecer esta cantidad de dinero por un problema de baranda de inspección de barrio que se arregla con una simple amonestación y unos brochazos de pintura al lugar afectado.  Pero nuestro extravagante personaje con sus declaraciones y afirmaciones temerarias que apuntan no solo contra los grafiteros que piden justicia contra el responsable del homicidio de un estudiante, se va lanza en ristre contra los dirigentes sindicales de las Federaciones obras y sindicatos que organizaron la multitudinaria manifestación del primero de mayo en Ibagué, en una clara retaliación política contra los líderes populares, los que quisiera presos, procesados y condenados al estilo autoritario y arbitrario de esa derecha recalcitrante que embarga el pensamiento y accionar del cavernario Restrepo. 


Nos preguntamos ¿No sería mejor que esos 20 millones de pesos los ofreciera como recompensa para averiguar: dónde están invertidos esos 250 mil millones de pesos que dice la gerente del IBAL Erika Palma, invirtieron en las obras del acueducto complementario o del “nuevo acueducto de Ibagué”, como ella lo llama? La ciudad sigue afectada por los cortes permanentes del agua, como en la época de Luis H. Rodríguez, y la millonada que se gastó no ha servido para nada. 

Señor Milton Restrepo, ¿No cree usted que podría ofrecer esos 20 millones como recompensa para el que descubra dónde está el dinero que se invirtió en el puente fantasma de la 60? También se podrían invertir en la recompensa para quién o para quienes informen sobre los elevados sobrecostos de todas las obras de los escenarios deportivos como el llamado Coliseo Mayor y la remodelación de la Piscinas olímpicas, entre las muchas contrataciones leoninas que realizó el exalcalde Andrés Hurtado. 

Se nos ocurre que también se podría ofrecer una recompensa de 20 o más millones para quién o quienes indaguen lo que está pasando en la Fiscalía del Tolima, donde las investigaciones y procesos contra el nefasto exalcalde Hurtado permanecen engavetados o paralizados. ¿Se le apunta señor Restrepo?

Como es de conocimiento público, existen más actos administrativos en la Alcaldía de Ibagué que merecen investigaciones y procesos, que ningún ente de control (Fiscalía, Personaría y Contraloría) están interesados en esclarecer, donde esos 20 millones de pesos, se podrían gastar en recompensas contra los corruptos.


¡Ah, y se me olvidaba! Esa millonaria suma de dinero también podría servir para ofrecer una recompensa a quién o quienes informen el destino de los 50 mil millones de pesos, que según el concejal Jorge Bolívar se encuentran embolatados en Ibagué Limpia, que es la empresa que usted señor Milton Restrepo gerencia, y pensar que usted se negó a asistir al debate del Concejo Municipal  para esclarecer este y muchos torcidos más de esa entidad. 


El síndrome de Torquemada   

Pasando a las extremas actitudes políticas de derecha que asume Milton Restrepo en diversas oportunidades, caracterizadas por las mentiras, las calumnias, la soberbia y el odio que siente contra quienes piensan diferente a él, nos trae a la memoria a ese monje siniestro de la inquisición, Tomás de Torquemada, cuyos métodos salvajes de aniquilar a sus adversarios, ha traspasados los tiempos, y hoy aún, se practican, modernizados y actualizados claro está, y poniéndolos a tono con la época que vivimos. 

El fanatismo y el dogmatismo, como el que expresa Restrepo en su accionar político, son el caldo de cultivo para mantener vivas ideologías de más de cinco siglos de la inquisición que se extendió por Portugal y todas las colonias españolas en centro y sur América. 

La presencia de Torquemada se siente en regímenes autoritarios e imperiales en algunos países de África, Asia, América, y Centro América, como la base colonial de los Estados Unidos en Guantánamo, y alguna cárcel de El Salvador. 

En Ibagué, Colombia, sentimos el síndrome de Torquemada, cuando Milton Restrepo suelta la lengua y, sin miramiento alguno, lanza bocanadas de candela que incendian el ambiente tranquilo de la ciudad. Habla sin pensar ni medir las consecuencias. Califica de terroristas a quienes no encajen en su pensamiento cavernario, y con su lenguaje violento sindica y  acusa, sin pruebas, a las personas que no son de su agrado político.

Ante la furia oscurantista del señor Milton Restrepo, la recomendamos que esculque los pecados de su nuevo jefe Político Andrés Hurtado, el presidente del partido de la U en el Tolima, y de seguro, encontrará actos inconfesables, no solo de su vida personal, sino de corrupción y de atentados contra el tesoro público, más graves e imperdonables que pintar un grafiti.

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