Después de las formidables marchas de protesta ciudadana contra este gobierno títere, autoritario, despótico, mafioso, las cuales fueron mediocremente registradas por los plumíferos y comunicólogos de unos medios de comunicación caracterizados lambones del poder, palaciegos y oficiosos, como R.C.N. y Caracol. Medios que, asimismo, callaron la criminal represión ejercida por una policía fascistoide contra los pacíficos marchantes. Después de todo ese acomodaticio silencio, comenzó el arduo "trabajo" de los encapuchados, de unos supuestos vándalos, que, de manera deliberada y meticulosamente organizada, aparecen siempre, de manera automática, al final de las pacíficas movilizaciones, muy seguramente contratados por las "fuerzas oscuras" de siempre. 

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Entonces sí, se dieron y mostraron, pormenorizadas grabaciones sobre su desaforado accionar; entonces sí, estos recaderos y cagatintas, pudieron mostrar detalladas imágenes de los disturbios, realizados por los "inadaptados", mostrar los constantes ataques por parte de los bandidos y terroristas estudiantes, contra los "inocentes" agentes del Esmad y los neutrales periodistas, tal vez siguiendo los lineamientos del urdido  "Complot internacional de Sao Paulo", previamente denunciado de manera patriótica por el inefable  Uribe Velez...

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Está totalmente dispuesto ya el tinglado de la farsa, como lo expresara desde 1907 don Jacinto Benavente en el prólogo de su obra "Los intereses creados"; toda esta farsa, todo este montaje teatral, ha servido para que el figurón sub-presidente Duque, sin dar respuestas serias a los reclamos y quejas que generaron estas multitudinarias marchas, se presente, como un mediocre actorzuelo, a través de dichas corporaciones mediáticas, a dárselas de ser un pacificador, que garantiza la seguridad y la tranquilidad de una población que, así continúen los crímenes contra los líderes sociales, los defensores de derechos humanos, se nieguen los acuerdos establecidos con los indígenas,  la juventud universitaria, los educadores y otros gremios, y se persista en el paquete de reformas fiscales y pensionales, debería entender sus enormes esfuerzos por alcanzar esa paz que él y sus cómplices políticos del llamado Centro Democrático -el partido de gobierno- se comprometieron a "volver trizas".

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Llama el sub-presidente, a mantener un supuesto "dialogo social" permanente que, debe entenderse como fortalecimiento de la paz de esta "democracia" de papel. Mientras tanto las marchas y los cacerolazos que no cesan, nos están demostrando que "crece la audiencia" de quienes claman y exigen ya que dimita el farsante...