Por: Fernando Moreno

*Veedor ciudadano

Los medios escribieron que la familia del presidente Petro entra a la lista Clinton, los abogados de Uribe argumentan que Uribe es un hombre honorable, Uribe ya no llama a Granados abogado sino profesor, y así se alivia en parte la pesadilla de quien efectivamente ordenó la compra de testigos falsos pero que al final un magistrado expresó que los audios no son pruebas suficientes como para darle el mérito condenatorio; así fue como desvirtuaron las pruebas.

Ahora viene el tercer capítulo de este proceso judicial que fue iniciado precisamente en la Corte Suprema de Justicia donde se ordenó investigar a Uribe y por ello pasó de acusador a acusado y donde muchos esperan que el efecto búmeran cambie el sentido del fallo del tribunal.

Vuelve la esperanza de los uribistas, "29% lo acompañan" para que el absuelto "por ahora" jale los votos de la lista al Senado y en consecuencia se recupera el #25 en la lista del centro democrático. Por otro lado, la intervención del abogado Miguel Ángel del Río, y el precandidato Iván Cepeda, anuncian la presentación de la solicitud de casación ante la Corte Suprema para ser discutida y someterla a votación entre los 9 magistrados que la conforman; 5 de ellos le darían continuidad a la solicitud. Hay argumentos crudos frente a la realidad jurídica de un país como Colombia, donde en el pasado se ordenaba chuzar a los magistrados y los senadores que en su momento hacían oposición al gobierno, donde los condenados siempre fueron los subordinados de Uribe; Bernardo Moreno y María del Pilar Hurtado. Ésta última en el exilio. Pero en esta larga historia de antecedentes oscuros que rondan al expresidente, nunca lo han tocado porque como lo afirmó el abogado del Río, las serpientes solo muerden a quien camina descalzo por el pasto.

Por ello, vemos en el mundo la impunidad que no toca a personajes como Netanyahu y Uribe, pues con todos los antecedentes y con todos los procesos penales por genocidio, les obliga sí o sí, a seguir de pie en la política; de no ser así terminarían en una cárcel.

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Un respiro para la derecha, un tercer round jurídico que era necesario, sin importar cuál fuera el sentido del fallo que provoca una prolongación de la agonía jurídica de quien deja ver en su rostro, el cansancio y la preocupación de los procesos penales por diferentes delitos y al que las esperanzas de las víctimas, ponen en el camino muchas serpientes para ver cuál de ellas puede morder de gravedad al hombre más poderoso de Colombia de las dos décadas pasadas.

El veneno no significa la muerte como de costumbre, la derecha lo aplicaba desde los fusiles del ejército y del paramilitarismo para matar personas que piensan diferente; el veneno ahora significa justicia para las víctimas.