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¿Hurtado, el alcalde Diamante de Los Simpson?

¿Hurtado, el alcalde Diamante de Los Simpson?

Mientras los ciudadanos se preparaban para las fiestas de Navidad, y para soñar con la cuarta estrella del Deportes Tolima, que nunca llegó, el dócil y permisivo Concejo Municipal le anticipaba el aguinaldo al alcalde Andrés Hurtado, al aprobarle la autorización para un nuevo cupo de endeudamiento por 60 mil millones de pesos.

Lo que según palabras del conocido abogado Wilson Leal, dejará a Ibagué endeudada por 300 mil millones de pesos, si se tienen en cuanta los créditos, que por separado, tienen el IBAL e Infibagué.

Para lograr esta aprobación, casi a las escondidas, sin mayor discusión o debate por parte del concejo, menos de que la ciudadanía tuviera participación, o al menos, tuviera suficiente información, se convocó por parte del ejecutivo a unas sesiones extras en el momento que la comunidad estaba más pendiente y pensando en la nochebuena o en la final del fútbol profesional colombiano entre Deportes Tolima-Deportivo Cali.

 El momento fue planificado y el indicado para que el proyecto pasara sin dificultades y a espaldas de la población; pues las mayorías de la coalición del gobierno del alcalde Andrés Hurtado, simplemente cumplen un papel de registro como buenos amanuenses.

La aprobación de este Acuerdo el pasado 20 de diciembre del 2021, se hizo a las carreras, sin el cumplimiento de requisitos técnicos presupuestales, de planeamiento, de austeridad en el gasto público como está demostrado en el elevado costo de arredramientos, gastos de publicidad, sin que las obras proyectadas estén contenidas en el plan de desarrollo, menos en el POT. Además, sin tener en cuenta que de los 105 mil millones de pesos, por endeudamiento anterior de esta administración, escasamente se han invertido un poco más del 40%; y si le agregamos los sobrecostos exagerados en las contrataciones que realiza la sastrería de Hurtado, tenemos que Ibagué solo vibra por el derroche de los recursos, y que este nuevo endeudamientos por 60 mil millones, es otra manzana podrida que se une al árbol del despilfarro.

Desde luego, el mandatario local no podría hacer estas jugaditas sino contara con la complacencia y hasta con la complicidad del concejo. Este organismo, en su mayoría, abyecto al despacho del alcalde, incapaz de analizar y debatir los problemas de ciudad, desde que le proporcionen mermelada en sus debidas dosis, donde hasta los llamados concejales independientes o de la oposición no cumplen función distinta que votar los proyectos que sometan a su consideración sin mayores miramientos.

Tal es el caso del concejal liberal, Javier Mora, quien supuestamente funge como opositor pero que en la práctica es otro más de la coalición de gobierno del alcalde Hurtado, rayando con el cinismo y lo patético, publica un video justificando su voto a favor de este nefasto proyecto, amparándose en  la partida que se deja para la construcción o rehabilitación del CAPA, pero guarda silencio al no manifestar que esa obra estaba proyectada inicialmente por 2.500 millones de pesos,  y que en el endeudamiento se incrementa en el doble, es decir, 5.000 millones; tampoco menciona a quién le darán ese contrato, cosa que ya se sospecha en los pasillos del concejo.

Todos sabemos de cómo se cuadran las mayorías en estas corporaciones: puestos, contratos, mermelada a diestra y siniestra, halagos a los que el señor Mora no es ajeno.

Entretanto, existen problemas sociales y de desarrollo de la ciudad más urgente que la contratación de obras faraónicas como invertirle 27 mil millones al parque Centenario, cuando según los expertos este no requiere más de 10 mil, para dejarlo convertido en un gran escenario, mientras que la terminación del acueducto complementario continúa estancada y la ciudad sin agua, la malla vial acabada, y los problemas sociales de salud, educación y vivienda, latentes.

A la actual administración de Ibagué, solo le gusta que vibren los contratos suntuosos y con sobrecostos exagerados, para ellos tienen a exfuncionarios y la experiencia de la anterior administración para que no se dejen pillar tan fácilmente ; teniendo en cuenta además, que la Contraloría y la Personería Municipal son organismos de control ciegos, sordos y mudos.    

Si a ello, le añadimos la debilidad política y la falta de apoyo popular del alcalde “Ibagué Vibra”, quien llegó a su cargo escasamente con 46.640 votos (21.83%) de los votantes (213.633 válidos -93.52%-) de un potencial electoral de más de 400 mil votos en Ibagué, tendremos a un mandatario sumamente frágil, sin un sustento democrático que le permita hacer algo distinto que armar mayorías artificiales a punta de contratos, puestos y mermelada.

A esta mezcla de oscuros y sucios manejos le añadimos la conducta del alcalde Hurtado, quien bajo artimañas y gracias a la paquidermia de los operadores judiciales, logró que precluyera el proceso por los piques del aeropuerto de Perales (peculado por uso), pues el funcionario no pudo demostrar su inocencia en el proceso, sino que a través de esta conocida treta logró escapar de la sanción.

En estas circunstancias, infortunadamente para Ibagué, tenemos a un alcalde Hurtado que salió más listo que Luis H. Rodríguez, que también es el estereotipo del  político corrupto como el Alcalde Diamante de la ciudad de  Springfield de Los Simpson, rodeado de aduladores y dedicado exclusivamente a divertirse con el tesoro público.

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