La Isla Santa Rosa, ubicada frente a la ciudad de Leticia (Colombia), en la llamada triple frontera entre Colombia, Perú y Brasil, es hoy motivo de debate diplomático porque, aunque físicamente parece una sola isla junto a Chinería, no siempre fue así.

Desde hace al menos 30 años, en el punto de encuentro entre Colombia, Perú y Brasil, el Amazonas se ha ido inclinando hacia el lado peruano, mientras que las corrientes colombianas pierden caudal, volumen y profundidad.

Un conflicto histórico

El origen del conflicto se remonta al Tratado Salomón-Lozano (1922), que entregó a Perú la isla Chinería, ratificado en 1929 por una comisión demarcadora binacional, luego de que ambos países tuvieran problemas por los límites fronterizos.

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Décadas después, en los años setenta, la dinámica natural del río Amazonas fragmentó a Chinería, dando lugar a una isla menor llamada Santa Rosa, que tradicionalmente se había entendido como colombiana, por su conexión con aguas colombianas del río Amazonas.

Vuelve la disputa binacional

Con el tiempo, el brazo del río que las separaba se secó, volviendo a unirlas físicamente. Perú sostiene que Santa Rosa siempre formó parte de Chinería y, por lo tanto, es indiscutiblemente territorio peruano.

Colombia, en cambio, interpreta que la aparición de nuevas islas en el cauce corresponde a un proceso natural en su ribera amazónica, lo que le permitiría reclamar soberanía sobre Santa Rosa. Lo anterior por el acceso al río, que es fundamental para las comunidades colombianas de la zona.

El caudal del Amazonas se está desviando

Un estudio de la Universidad Nacional de Colombia (1993) advirtió que el caudal del Amazonas se estaba desviando progresivamente hacia canales peruanos, lo que podría dejar a Leticia sin acceso navegable hacia 2030. Esa posibilidad convierte cualquier alteración territorial en un asunto de supervivencia para el principal puerto fluvial del país en la región.

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Más allá de la interpretación jurídica

La diferencia también refleja una brecha en presencia estatal. Perú ha venido consolidando su dominio creando el distrito de Isla Santa Rosa, con instituciones y servicios, mientras Colombia ha sido criticada por décadas de ausencia en su periferia amazónica. En la que solo el actual gobierno trato de hacer presencia, enviando ejército.

Lo que está en juego, entonces, no es solo la soberanía sobre una isla, sino el acceso de Colombia al río Amazonas y la estabilidad de una frontera vital para el comercio, la seguridad y la integración regional.