Por: Jaime Eduardo Reyes

Director del Instituto de Desarrollo Regional de la Universidad de Ibagué

El alcalde Andrés Hurtado ha venido anunciando que la alcaldía de Ibagué realizará en el corto y mediano plazo diferentes obras de infraestructura urbana, entre ellas, la terminación de los escenarios de juegos nacionales, la renovación del parque centenario, el bulevar la 5a, el deprimido de la 60, el acueducto alterno.

Para esto ha informado sobre apoyos de los presupuestos departamental y nacional, y mayores endeudamientos de las finanzas municipales, tema que por supuesto crea polémica de cara a la sostenibilidad fiscal de la alcaldía y del cual escribiré en otra oportunidad.

Escenerios Parque Deportivo, Ibagué

No hay duda de lo importante de estas obras, sin embargo, ya se escuchan alertas sobre la necesidad de una mayor participación ciudadana de los diferentes grupos de interés en el acompañamiento a los diseños y planes de ejecución.

 Algunos ciudadanos han planteado la creación de veedurías para estos proyectos con el fin de evitar situaciones como las que en el pasado vivió la ciudad. A la fecha, el enfoque de desarrollo urbano no ha sido muy participativo, el secretismo es una vieja y tradicional forma de hacer las cosas desde la gestión pública.

Para que estos proyectos logren mejores impactos sociales es fundamental que en su diseño y durante su ejecución exista la participación de diferentes grupos de interés e inclusive de profesionales de diferentes disciplinas, los pocos y buenos funcionarios de la administración municipal no son suficientes si de lo que se trata es lograr una gestión incluyente.

Proyectos realizados bajo un enfoque incluyente han sido diseñados y ejecutados exitosamente en diferentes ciudades de Colombia y el mundo, por ejemplo, Ria 2000 en Bilbao, Cheonggyecheon en Seúl, y el parque del río en Medellín, entre muchos más. En Colombia ya existen casos exitosos.

Parque del río Medellín

Cheonggyecheon en Seúl

Para esto se han conformado centros de pensamiento liderados por el IDU en Bogotá, el EDU en Medellín, desde donde equipos multidisciplinarios estructuran proyectos bajo este enfoque. Obviamente la invitación para la gestora urbana de Ibagué es seguir esta línea de acción contemplando opciones de alianzas estratégicas con diferentes actores académicos, profesionales y empresariales.

La mirada que deben tener los proyectos de ciudad debe estar construida desde la complejidad que hoy expresan los modelos de desarrollo urbano.

Por ejemplo, el bulevar la quinta; allí existen temas como vegetación apropiada, mobiliario y dinámicas inmobiliarias que construye un paisaje urbano que requiere de conexiones entre estos temas y que se deben reconocer, identificar y proponer desde el mismo diseño inicial. Una obra de esta trascendencia debe contemplar el clima, la fauna, el ciclo del agua lluvia, la energía eléctrica, entre otros. Así las cosas, el proyecto no es solamente construir superficies duras con puntos verdes.

Propuesta Bulevar de la 5 en Ibagué

Otro ejemplo, en el parque centenario; de acuerdo a las imágenes y videos presentados por la administración, se percibe mayor carga en la estructura física que en el potencial natural. Surgen preguntas; ¿qué va a pasar con la quebrada La Pioja que allí existe y que no fluye externamente?, ¿cuál es el tratamiento a la fauna y flora?, ¿existirán tratamientos del uso de la bioingeniería? No se puede olvidar que el centenario está dentro del área de patrimonio histórico del centro de la ciudad por lo que las intervenciones deben estar enmarcadas dentro la norma patrimonial vigente.

Es importante que la ciudad plantee y ponga en práctica un nuevo enfoque de diseño y ejecución incluyente y participativo para los llamados proyectos de ciudad.

Parque Centenario en Ibagué

Tal vez la administración tiene respuestas para estas preguntas, sin embargo, la poca socialización que se ha hecho de estos proyectos dejan lagunas en el conocimiento de los mismos. Inclusive, yendo un poco más a fondo, no se conoce qué tanto han participado asociaciones de profesionales como la de arquitectos, ingenieros, amor por Ibagué, entre otros, en la construcción de los imaginarios de estos proyectos y del propio desarrollo de la ciudad.

Puede leer: Un repartidor vial jamás es sinónimo de modernidad

Ciudades como Bogotá, Barranquilla, Montería, entre otras, han realizado proyectos de ciudad que desbordan los plazos de gobierno -que por lo general no alcanzan para ejecutar el 100 por ciento de estos- obligando el diseño de planes de acción que comprometen a futuros gobiernos. En esta línea, valdría la pena que la actual administración municipal formule planes de este tipo y además empodere a la ciudadanía para que se encarguen de velar por el futuro de los proyectos.

*Para esta columna se contó con la colaboración del profesor Arquitecto Eduardo Peñaloza Kairuz.