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El viacrucis de los estudiantes del colegio Carlos Lleras Restrepo

El viacrucis de los estudiantes del colegio Carlos Lleras Restrepo

En medio de empujones y poca distancia entre unos y otros, el pasado 28 de febrero alrededor de 1.200 estudiantes del colegio Carlos Lleras Restrepo, sede principal, ubicada en El Salado, retornaron a las clases presenciales.

Después de unos días del retorno a las aulas, y de ver las condiciones en las que estaban estudiando sus hijos, varios padres de familia decidieron alzar la voz y se comunicaron con El Cronista.co, denunciando la situación y pidiendo a la Secretaría de Educación Municipal actuar de inmediato.

Desde antes del inicio de la pandemia, comenzaron los trabajos de remodelación de la planta física con el fin de dejarla lista para la jornada única, sin embargo, después de más de dos años, aún no se terminan las obras.

Según los padres de familia que dialogaron con El Cronista.co, por las condiciones que presenta el colegio, no era el momento indicado para que los estudiantes retornaran a la presencialidad. Actualmente, están recolectando firmas para solicitarle a la Secretaría de Educación, que se replanteé lo de la presencialidad mientras no se mejoren las condiciones del colegio.

Difícil acceso

Debido a las construcciones en el colegio, se tuvo que utilizar la entrada alterna, la de la Ceiba Norte, pero esa entrada es imposible, el muro que separaba a la Ceiba Norte del Carlos Lleras Restrepo, se cayó en una borrasca y no ha sido posible volver a construir el muro, porque los habitantes del barrio no dejan, dicen que les tienen que hacer un drenaje primero” explica Irma Serna, madre de dos estudiantes del colegio.

Delincuencia

A la situación de las pésimas condiciones físicas que presenta el colegio Carlos Lleras Restrepo se suma el problema de inseguridad. Los padres de familia tienen miedo, afirman que el bienestar de sus hijos está en riesgo. Denuncian que por la zona hay demasiado consumo de psicoactivos, lo que genera temor.

Con las goteras encima

Otra problemática que denuncian los padres de familia tiene que ver con el número de estudiantes en los salones y las condiciones antipedagógicas en las que deben recibir las clases. “Los salones no dan abasto para todos los estudiantes, además se quejan porque están recibiendo las clases en medio de goteras, pues el agua se entra a los salones”, declara Janet Martínez, madre de dos niños.

Problemas con la constructora

El principal problema ha sido por el mal manejo de los residuos sólidos, los cuales han afectado no solamente al colegio sino a la comunidad de todo el barrio Los Lagos. La constructora tapó los sifones porque transportaban los materiales por encima, el portón de la entrada de la Ceiba lo dañaron y la rejilla la taponaron de arena” afirmó otro padre de familia.

Los días más difíciles para la comunidad educativa se viven en la temporada de lluvias, debido al daño causado al sistema de drenaje, el agua que cae desde la Ceiba Norte, llega hasta las aulas de clase y termina en el barrio Los Lagos.

Según los padres, han intentado tener diálogo con la constructora encargada de las remodelaciones, pero evaden las quejas de la comunidad e incluso los demandó por calumnia.

El tema del portón no lo han querido arreglar, siempre que se les pregunta dicen que eso es cosa del contratista anterior, es la excusa que usan siempre que se les reclama. Es tal el descaro de la constructora que incluso nos demandaron por difamación, porque les estábamos reclamando mucho”, cuentan los padres de familia.

El rector de la institución educativa, José Ramos, también ha intentado mediar con la constructora, pero las respuestas recibidas no han sido positivas, incluso el mismo rector no ha querido recibir una parte remodelada del colegio, porque las obras complementarias no están listas y los estudiantes pueden correr peligro.

Otra incógnita que tienen los padres, es la poca claridad en las fechas para la culminación de las obras, pues dicen que la constructora Colpatria cambió todos los planos sobre la marcha.

El Carlos Lleras Restrepo, otro colegio oficial de Ibagué que naufraga en la desidia.

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