Destacadas
El tiempo no perdona
Cuando todo se tenía olvidado y nadie recordaba que había existido un afer después de la campaña presidencial de 1994, con el proceso 8000, el cuestionado expresidente Andrés Pastrana reveló una carta ante la Comisión de la Verdad, sobre el ingreso de dineros del cartel de Cali a esa jornada electoral.
Días o meses después de haberse posesionado Ernesto Samper como presidente, el perdedor, entregó unos casetes donde se informaba sobre la financiación de la campaña Samper por parte de los jefes de la mafia de la capital de la Salsa, hecho que produjo malestar y problemas a esa administración, hasta el punto que la embajada Americana le retiró la visa al Presidente Samper para visitar a esa país.
La situación fue tal que el presidente no renunció a su cargo y solucionó el problema con la famosa frase: “Aquí estoy y aquí me quedo”.
Después de 20 años de esos episodios, el pasado martes 31 de agosto, el expresidente Pastrana entregó una carta firmada por los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, jefes del desaparecido cartel de Cali, donde se indicaba que a la campaña Samper-Presidente, sí habían ingresado dineros de esa organización criminal; pero con tan mala surte que ese acto, en pocas horas, se le convirtió en un bumerán al expresidente conservador.
Los hermanos Rodríguez, desde una cárcel de los Estado Unidos, donde se encuentran pagando una condena de 30 años por narcotráfico, además de denunciar que esa carta había sido producto de un chantaje por parte de Pastrana, para no ser extraditados en esa época por la vía administrativa, pues no existía por ley como hoy, el documento revela muchas cosas más; la campaña del propio expresidente que denuncia también recibió dineros del cartel de Cali como sus mismos jefes lo relatan.
Pero además dicen otras cosas que no había contado Pastrana, como que en el entrampamiento también se debía meter a Horacio Serpa, cosa que los Rodríguez no aceptaron e infortunadamente Serpa murió con el estigma, sin conocer la carta que lo absolvía de la falsa acusación, solo existente en la mente y en los odios del expresidente conservador.
El documento de los Rodríguez va más allá. Precisa que la financiación de campañas políticas por parte de la mafia no es nueva y que viene sucediendo en Colombia desde hace más de 50 años, para Presidencia, Congreso y elecciones regionales y locales. Que existe información, desde Belisario Betancur y la segunda campaña de Alfonso López Michelsen hasta nuestros días con la Ñeñe política del actual presidente Iván Duque, los narcóticos tienen perfumado el mundo político. Los que se salvan, son pocos.
Para no ir muy lejos, en la pasada campaña para Alcaldía en Ibagué, varios candidatos denunciaron la existencia de grandes sumas de dinero provenientes de la mafia en una campaña; entre los denunciantes figuraban: José Alberto Girón, Camilo Delgado, Hugo Ernesto Zárrate y Alfredo Bocanegra, entre otros. Hasta el momento no ha pasado nada.
Como cosa sumamente extraña, días después de esta denuncia, en una emisora local se entrevistó a Eduardo Restrepo Victoria, alias “El Socio”, procesado y extraditado por narcotráfico a los Estados Unido (hoy en libertad), donde negó que estuviera financiando campaña alguna. La entrevista a Restrepo, fue una conversación fácil, nada difícil, amena como tomando tinto, no hubo contra preguntas, mucho menos preguntas difíciles. La persona que la hizo parecía más un relacionista público del entrevistado que un verdadero periodista. Fue algo como para lavar imagen y decir que no había financiado a ningún candidato.
Volviendo al cruce de cartas entre Pastrana y los hermanos Rodríguez, el expresidente deja al descubierto su lado oscuro, el amigo del conocido y confeso pederasta Jeffrey Epstein, con quien compartía su avión, resultó ahora que tiene un pasado oculto de chantajista, según cuentan los hermanos Rodríguez Orejuela.
Y según afirma un comentario del excontralor General de la Nación, ‘Kiko’ Becerra en Cali, “Como si fuera poca esa patraña, con detalles cuentan los hoy extraditados que Pastrana necesitaba la carta para chantajear a Samper y sus amigos, con el objeto de que no lo jodieran más con los robos de Chambacú y Dragacol, donde los íntimos amigos y socios del hijo de Misael son protagonistas de esos monumentos a la corrupción. Los extraditados en mención dicen que, saben cómo fue el robo descarado de Dragacol; piden al bellaco de Pastrana que les ayude a contar eso a las autoridades”.
Y remata afirmando: “Como todo tramposo, tuvo siempre el as debajo de la manga; lo cínico es que, mientras tanto, pedía condena para todos los que habían recibido dinero para financiación de campañas políticas, comenzando por Samper, sabiendo que él tenía la prueba reina. La guardó hasta cuando estuvo seguro que habían prescrito las penas por esos delitos y no lo pudiesen investigar por ocultamiento de pruebas y enriquecimiento ilícito de su propia campaña”.
(CO) 313 381 6244
(CO) 311 228 8185
(CO) 313 829 8771