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El puente fantasma de la 60 representa al gobierno del nefasto exalcalde Hurtado

El puente fantasma de la 60 representa al gobierno del nefasto exalcalde Hurtado

Por: Humberto Leyton


Desde el último año de su funesta administración, el exalcalde Andrés Hurtado, se empeñó en la construcción del puente de la 60, que presentó a la ciudadanía como la solución al problema de movilidad de la ciudad, y como la obra que nunca había tenido Ibagué. Según el mentiroso exmandatario, sería el milagro de la ingeniería tolimense.

Hoy, después de seis meses de haber dejado su cargo, el fanfarrón exalcalde continúa empañado en realizar su obra, y para ello acude a los ‘periodistas’ y medios de comunicación afines, a los que controla a través de millonarias pautas publicitarias, que aún paga la Alcaldía con los impuestos de los ibaguereños, y regalitos como motos de alta gama y viajes a Nueva York.

Desde allí, imparte órdenes perentorias, descomedidas e irrespetuosas a la alcaldesa Johana Aranda, para que bajo cualquier circunstancia, continúe la obra del quebrado puente, e inclusive, se atreve advertirle que debido a las malas compañías que asesoran a la mandataria, esta podría terminar en la cárcel, por los supuestos Arciniegas que tiene a su lado.

“El contrato nació muerto”

Sin embargo, Hurtado, olvida las declaraciones del representante legal de la empresa que iba a construir el puente, Roberto Gutiérrez Daines, quien aseguró en la audiencia del 4 de junio, en la que el municipio declaró el incumplimiento total del contrato, que “Este contrato nace muerto toda vez que con los diseños entregados por parte de la administración y con lo contenido dentro de la parte contractual como tal del mismo contrato, no se podía desarrollar, no había claridad en él con el fin de poderlo desarrollar”.

Para agregar más adelante que “No existían los recursos completos por parte de la Administración para poder desarrollar el diseño entregado dentro del mismo. Esto es que no existía el dinero correspondiente para la compra de predios para poder desarrollar el diseño geométrico entregado por la administración”. De esta forma, Gutiérrez Daines, no solo contradice y desmiente las reiteradas declaraciones del exalcalde Hurtado, en el sentido que este proyecto estaba elaborado a la perfección, sino que da la razón a los ciudadanos y críticos de esta obra que desde el comienzo denunciaron su improvisación, la falta de planeación y de unos diseños que no estaban acordes a los trabajos que se debían realizar. Además de señalar que el puente no era necesario en el lugar que se escogió por las escasas vías y tráfico vehicular que iba supuestamente a desembotellar, agregándole a ello, la escasa población beneficiada en el sector.

No sabemos qué intereses mueven a Hurtado, para insistir en levantar el muerto de la 60, o mejor si lo sabemos, el billete que se mueve supera los 41 mil millones de pesos, y ahora con las adiciones obvias que sufriría la obra (de realizarse, claro está) debido a los incrementos en los materiales de construcción, salarios y costos de operación, que de acuerdo a los expertos, el costo subiría hasta en un 20-30%, dependiendo del tiempo que se demoren para tomar la decisión.

Se nos antoja que el exalcalde Hurtado, está un poco descuadernado debido a que el tiempo juega en su contra, y mientras más demoren las determinaciones de la alcaldesa Aranda, corre el riesgo que la bolsa de contratos que tiene presupuestados manejar, se desajuste y como consecuencia de eso, las ganancias se reduzcan, máxime si se tiene en cuenta, como afirman en los círculos políticos de la ciudad, que el esposo de la alcaldesa Juan Arturo Gutiérrez, ingresa como jugador en este partido del reparto de contratos de la administración municipal y tendría más ventajas que el balandrón Hurtado.

Y a propósito: ¿Será que el fantasmagórico puente de la 60, se puede convertir en el Florero de Llorente para la ruptura definitiva de la luna de miel del exalcalde Hurtado y la alcaldesa Aranda?   

Ya lo hemos dicho en otros escritos, la razón fundamental del enfrentamiento del exalcalde con su pupila Aranda, no es otra que el negocio y las ganancias que deja el perverso sistema de contratación, aquel que ha establecido la corrupción a niveles insospechados, el que permite que se roben los recursos públicos y que las obras queden inconclusas como el puente de la 60.

Lamentable eso sí, que en medio de esta pelea por saber quién se lleva la mejor parte del ponqué de la contratación, no existan órganos de control transparentes e independientes como la Contraloría Municipal y la Personería que le pongan orden y sancionen estos desafueros. Estos entes se han vuelto apéndices de los alcaldes de turno, y forman parte de la misma corruptela. Nada se puede esperar de ellos.

Y entretanto, la Fiscalía permanece ciega, sorda y muda ante las denuncias, y prácticamente entra al mismo mercado del tape y tape, mientras la administración recta de justicia es delegada a los sótanos más oscuros e infernales de la putrefacción que inunda a nuestro país.    

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