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El 'Comensal Oculto' evalúa el restaurante Augurio en Ibagué

El 'Comensal Oculto' evalúa el restaurante Augurio en Ibagué

El reconocido restaurante Augurio se encuentra en la Cra. 5 #41-16, en la parte baja del Hotel F25, en Ibagué.

Primera visita: Tranquilidad y elegancia, aunque con un ‘pero’

Mi primera visita al restaurante Augurio fue con un acompañante que desconocía mi misión. Al llegar, un empleado nos dio una amable bienvenida y, como era un día de semana por la noche, el restaurante no estaba lleno, lo que nos permitió elegir nuestra mesa. El lugar se destaca por su elegante decoración, mesas bien espaciadas que brindan una agradable sensación de privacidad. La carta estaba impecablemente presentada y ofrecía una amplia variedad de platos, con un claro enfoque en la gastronomía mexicana.

Elegimos la "Tacada para 4 personas", que incluía 8 tortillas de maíz, carne desmechada, pollo en cubos, frijol refrito, pico de gallo, piña en almíbar, salsa agria, guacamole y lechuga fresca. Todos los ingredientes se servían en una tabla redonda giratoria, lo que facilitaba su manejo y presentación.

Aunque la noche prometía ser "muy chula", hubo un tropiezo significativo. Al pedir las bebidas, optamos por media botella de Aguardiente Tapa Roja. La respuesta nos desanimó bastante: "Qué pena, no tenemos, se nos agotó…", una respuesta para nada "chula", especialmente cuando nos ofrecieron otros aguardientes. No hay justificación para que nuestro licor emblemático fuera relegado. A su favor, el mesero se mostró muy educado y se disculpó por el inconveniente, demostrando empatía.

El plato principal tardó entre 15 y 20 minutos en llegar. Los ingredientes estaban frescos y las tortillas en su punto. Personalmente, omitimos la piña en almíbar y la salsa agria, pues consideramos que no eran necesarias. Otro detalle importante es que la cantidad, aunque se ofrecía para cuatro personas, me pareció justa para dos. La música, muy agradable y acorde con el ambiente, fue un punto positivo. La cuenta llegó rápidamente cuando la pedimos. Dada la brevedad de esta primera visita y el consumo limitado, decidí regresar para un análisis más profundo.

Segunda Visita: El caos de la demanda imprevista

Elegí un viernes para la segunda visita. Al llegar, no había personal para recibirnos, y el lugar estaba completamente lleno, haciendo imposible elegir mesa. Afortunadamente, unas personas que llevaban 20 minutos esperando me invitaron amablemente a sentarme con ellas, ya que no había espacio para un solo comensal. Así, éramos cinco ocupantes en la mesa. Una vez ubicados, el restaurante comenzó a mostrar las fallas que no observé en mi visita anterior. Tardaron 20 minutos en traernos la carta, otros 15 minutos para tomarnos el pedido, y la espera para que llegaran los platos fue de 58 minutos. La cuenta, por su parte, tardó otros 20 minutos. Fue un desespero total.

Me dediqué a observar el movimiento del lugar, el trabajo de los meseros y el evidente enfado de muchos clientes, incluidos mis compañeros de mesa. La situación era un caos. Es admirable la paciencia de los clientes. Escuché numerosas excusas por parte del personal: "tenemos unos eventos", "hoy llegaron nuestros clientes habituales", "llegó gente que nunca había venido", etc. Cuando los pedidos finalmente llegaron a nuestra mesa (yo me abstuve de pedir), tres llegaron al mismo tiempo, pero el cuarto plato apareció 10 minutos más tarde y, para colmo, no era lo que el cliente había solicitado. Había pedido un Lomo Augurio y le llegó gratinado. A pesar de su claro disgusto, el cliente terminó aceptando el plato.

Esta reseña ha sido atípica porque me permitió confirmar una duda: ¿están los restaurantes con alta capacidad realmente preparados para atender a todos sus clientes de manera eficiente? Mi conclusión: No, no lo están.

Afortunadamente, los clientes fueron llegando de forma espaciada. Sin embargo, la pregunta del millón es: si la capacidad total de clientes hubiera llegado al mismo tiempo, ¿cuánto tardaría en llegar el plato al último comensal? De nuevo, surgieron las disculpas: "nunca nos había pasado", "nos reservaron muchos eventos", "no pensamos que llegarían tantos clientes", "no vinieron a trabajar algunos empleados", etc.

Mi próxima visita se enfocará en evaluar la comida, porque el servicio y la gestión del negocio están muy lejos de ofrecer una experiencia excelente. Fue una experiencia con luces y sombras. Esta situación, en un restaurante de categoría y tan mencionado, no puede permitirse el lujo de estas falencias.

Calificación: 3.0 (de 5)

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