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El cacao de las mujeres del Tolima: entre raíces, sueños y exportaciones
Tomada de internet. Cámara de Comercio de Ibagué
En el corazón del Tolima, donde el clima tropical acaricia la tierra y la tradición se mezcla con la innovación, un grupo de 72 mujeres cacaoteras está dando vida a un sueño que trasciende fronteras: la exportación de cacao con denominación especial. Su historia, tejida entre los surcos de los cultivos y la esperanza de un futuro más prometedor, nos lleva a la finca Oasis, en San Bernardo, donde Martha Quitián abre las puertas de su paraíso agroecológico.
El aroma de un legado
Martha, contadora pública de profesión, decidió regresar a sus raíces y transformar el cacao en algo más que un fruto. “Aquí nunca hemos usado agroquímicos. Mi papá siempre lo cultivó de manera natural, y así seguimos todos los asociados a Héroes de Cultivo”, relata con orgullo. Su finca no es solo un lugar de producción; es un santuario que combina conocimientos ancestrales con investigación de vanguardia.
Desde Oasis, se impulsa el Centro Ibaguereño de Cacao Orgánico (Icao), un espacio donde la ciencia y el saber tradicional convergen. “Diseñamos bioindicadores para medir la calidad del aire, del agua y del clima. Creemos que el cambio climático se enfrenta con conocimiento y respeto por la naturaleza”, explica Martha, mientras señala las hojas brillantes de sus cacaoteros.
De la tierra al mundo
El cacao del Tolima está listo para conquistar mercados internacionales. Con la certificación de la Cámara de Comercio de Ibagué y el sello “Con Manos de Mujer”, las cacaoteras han logrado producir 12 toneladas de cacao especial. Este esfuerzo no solo resalta la calidad del grano, sino también el trabajo colectivo que da vida a una red de productoras comprometidas con la sostenibilidad.
Julián Morales, líder de proyectos de la Cámara de Comercio, detalla la importancia de esta iniciativa: “Buscamos marcar un hito con cada lote exportado. Este es el inicio de una transformación en la producción cacaotera del Tolima”.
Energía para el cacao
En palabras de Martha, no cualquiera puede trabajar con el cacao: “Solo las personas con la energía adecuada pueden cultivarlo”. Esa energía es la que ha llevado a estas mujeres a desafiar las dificultades y aprovechar un momento histórico en los precios internacionales del cacao, que han alcanzado cifras récord de más de 6.000 dólares por tonelada.
Y es que la energía o lo que algunos llaman en el argot popular, el humor de la persona, se compenetra con el árbol al momento de realizar las labores en la finca, esa se va impregnando en los frutos que al final se exportan.
La finca Oasis también apuesta por diversificar los usos del cacao. “Estamos trabajando en productos 100% cacao, como harinas y mieles, que puedan ser consumidos directamente”, dice Martha, mientras acaricia una tableta de chocolate artesanal recién elaborada.
El futuro que germina
En el Tolima, el cacao no es solo un cultivo; es un símbolo de esperanza, unión y resistencia frente a las adversidades. Desde el aire puro de San Bernardo hasta los mercados internacionales, estas 72 mujeres están demostrando que el trabajo en equipo, la innovación y el respeto por la tierra pueden dar frutos extraordinarios.
Martha lo resume con una frase que parece contener toda la esencia de su labor: “El cacao no solo alimenta; transforma”. Y en cada grano cultivado, en cada tableta producida, queda sembrada la promesa de un Tolima que exporta mucho más que cacao: exporta sueños.
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