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El bus que deslumbró a Ibagué

El bus que deslumbró a Ibagué

Por: Humberto Leyton


La pompa y el boato que organizaron las autoridades municipales para presentar el bus eléctrico prototipo para el Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP) de Ibagué, calificado por la alcaldesa Johana Aranda como: “El futuro del transporte público de nuestra ciudad hoy aquí comienza a escribirse (sic)”, y más adelante agrego: “Ibagué se convierte hoy en un faro de esperanza y de progreso”.

Estas rimbombantes y exageradas declaraciones nos hicieron recordar el fragmento de los gitanos en “Cien años de Soledad”, cuando Melquiades llegaba cada año, por el mes de marzo a Macondo a mostrar los últimos inventos de la ciencia y de la alquimia en el mundo. El asombro de la población era tal, que si nuestra Alcaldesa hubiera sido personaje de García Márquez en la novela, seguramente el bus que nos presentó la mandataria con tanta hipérbole, habría superado a muchos de los 15 inventos de los gitanos de Melquiades.

El imán, considerado la octava maravilla de los sabios de Macedonia; el catalejo y la lupa gigante  de los judíos de Ámsterdam; la dentadura postiza; los loros pintados de todos los colores; la gallina de los huevos de oro al son de la pandereta; el jarabe para hacerse invisible; el aparato para olvidar los malos recuerdos; el mono que adivinaba el pensamiento; el hombre que se convirtió en víbora por desobedecer a sus padres; el emplasto para perder el tiempo; el hielo como el portentoso descubrimiento de los sabios de Memphis, la estera voladora;  entre otras invenciones, palidecen ante la presentación del bus eléctrico piloto para el transporte urbano que nos hizo la Alcaldesa de Ibagué

Este ilusionismo, manejado por esta funcionaria a la perfección, fue heredado de su antecesor y mentor Andrés Hurtado, este en su administración con la parafernalia de rigor, nos había presentado, para los mismos fines y en el mismo proyecto, un bus de color amarillo pero movilizado con gas.

Es el realismo mágico del humo que los últimos cuatro años y siete meses nos vienen vendiendo las autoridades municipales, en una ciudad que supera las veinte casas de Macondo “construidas en barro y cañabrava al lado de un río de aguas diáfanas”. La novelística garciamarquiana recobra vigencia en Ibagué, una ciudad que según el IGAC, tiene un total de 176.402 predios, 162.280 urbanos y 14.122 rurales, donde habita, una población de más de 600 mil personas.

El bus eléctrico forma parte de los embrujos que de vez en cuando los dos últimos mandatarios de la Ciudad Musical nos traen como espejismo para mantenernos anestesiados.

Sin cumplir con las fases que contempla el proyecto del SETP, nos presentan un embeleco que vale 750 millones de pesos, que ningún transportador pagaría, y que, incluso para el propio gerente de ese organismo Aquileo Medina, es costoso. Además, tiene una capacidad para once pasajeros sentados y 19 de pie, para un total de 30;  actualmente los buses normalmente les caben 25 sentados y unos 15 de pie. Es decir, son más pequeños los eléctricos en mención y se invierte la proporción: más pasajeros de pie y menos sentados.

Pero este invento no lo traen los gitanos de Melquiades. En este caso, son los chinos a través de Navitrans que pertenece a la empresa ZhongThong. Pero a los organizadores del espectáculo se les ha olvido que primero deben construir 268 paraderos, nueve patios, nueve terminales, 15 alimentadores, y el arreglo de 23 kilómetros de vías por donde transitarán los 608 buses establecidos en el SETP que cubrirán 30 rutas. Y lo más importante, debe haber una disponibilidad de unos 500 mil millones de pesos, de los cuales, el gobierno nacional aportará  $466.572 millones (70%), y el municipio el 30% restante.

Lo grave o lo inverosímil, es que no tenemos una red semafórica funcionando normalmente, la mayoría de los aparatos dañados, los paraderos no existen, los trancones que se presentan especialmente porque los buses estacionan a recoger pasajeros en cualquier lugar, especialmente en las esquinas de los semáforos y ninguna autoridad de tránsito controla, las vías de los barrios, en su mayoría se encuentran destrozadas, y no existe la cultura ciudadana para hacer uso del transporte colectivo público, como tener paraderos fijos y en lugares adecuados y estratégicos. Las empresas de transporte urbano colectivo no se preocupan por educar a sus conductores en el respeto de los paraderos, mucho menos en las normas de tránsito.

Estos lunares nos hacen creer que primero debe existir la infraestructura y la educación ciudadana para luego si pensar en el medio de transporte, pero aquí, estamos ensillando sin antes traer el cabello.

Aquí Hurtado prometió tranvías, trenes elevados, trajo un bus movilizado por gas, y ahora con su pupila Aranda nos hipnotiza con el bus eléctrico, más adelante, posiblemente, nos traigan uno de viento, a agua o de hidrógeno.

El espectáculo circense no terminará hasta que el sibilino exalcalde, por intermedio de su alcaldesa Johana, adjudique la empresa que se encargará del recaudo de los pasajes. Ahí es donde está la plata, y eso es lo que le interesa al vendedor de fantasías.

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