Aunque el modelo de alternancia que realizan ya un buen porcentaje de colegios privados en Ibagué fue el punto de partida para que muchos de los estudiantes se quedaran en los planteles, la situación económica se convirtió en factor determinante para muchos padres que migraron hacia las instituciones de educación media públicas. 

De acuerdo con el secretario de Educación de Ibagué, Juan Manuel Rodríguez, la deserción académica se concentra en la población infantil en donde los padres expresan mayor temor por el contacto físico que puedan tener los infantes. 

El alto funcionario indicó que el proceso de matrícula privada registró una baja considerable. Al mostrar los indicadores de matrículas de 2020 había 27.367 estudiantes, en el 2021 en los registros se tienen 22.614, es decir,  4.743 alumnos menos.

"Pensamos que la población que sale de los colegios privados pasan al público, por eso se ha dado un incremento considerable en el registro oficial. 

La crisis dentro del sector educativo aún no se cuantifica en toda su magnitud. Una cadena de proveedores del sistema ha sentido todo el peso de la alerta sanitaria.

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Propietarios de los colegios, profesores; los que atienden la cafetería, los recorridos o transporte público; los que elaboran los uniformes, por nombrar algunos, hacen parte de ese clúster que demorara un buen tiempo en recuperarse. 

El escenario económico no es el mejor, al desempleo en donde Ibagué es segunda a nivel nacional, le llega ahora otro ingrediente que lo sentirá en especial la clase media, se trata de la reforma tributaria, mismos ingresos más gastos hará que la migración hacia los colegios públicos sea mayor en el 2022. 

Mientras tanto, los colegios privados seguirán con costos fijos invariables por que sus nóminas en donde se incluyen los maestros, personal administrativo, de mantenimiento, limpieza y jardinería mes a mes pasan sus cuentas.

 Agregando además los impuestos como predial y servicios como agua, luz, teléfono, plataformas educativas, mantenimiento de servidores de internet, entre otros. 

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Para sobrevivir, muchas instituciones han tenido que bajar sus matriculas y pensiones, generar atractivos acuerdos de pago tratando de sobrellevar la situación, conservando a los profesores y todo el andamiaje que requieren en una educación que ahora exige más calidad desde la virtualidad, más creatividad desde la alternancia. 

La sociedad debe buscar ahora como unir mucho más esos lazos de solidaridad con las instituciones educativas, y es en el ejemplo como se logra cambiar el modelo unipersonal en los educandos que se resisten, evolucionan y trascienden. 

Mientras tanto, en las instituciones públicas los padres siguen discutiendo si van a clases con el modelo de alternancia. Aunque es harina del mismo costal, los problemas en las instituciones públicas tienen abismales diferencias que luego trataremos en el Cronista.co.