Yamit Mendieta, secretario de Planeación y a su vez responsable también de dirigir los asuntos de salud del municipio del Líbano, ha sido desde que inició la actual administración, el hombre de confianza del alcalde Jesús Antonio Giraldo.

Pues bien, después del debate que tuvo que enfrentar este martes 16 de febrero ante el Concejo Municipal, las probabilidades de que Mendieta se sostenga en el cargo son inciertas. El secretario de Planeación fue duramente cuestionado por la mayoría de concejales, salvo uno o dos, los 11 restantes fueron demoledores con los argumentos que presentaron en su contra.

Desaciertos administrativos a granel fueron esgrimidos por los 11 concejales, pero el mayor cuestionamiento que se le hizo fue sobre el mal uso que hace de las redes sociales, donde según los concejales, el secretario Mendieta ataca de manera inmisericorde a algunos concejales y ciudadanos que se atreven a cuestionarlo. “Ese no es el comportamiento ni el ejemplo que debe dar un secretario de despacho”.  

Hay quienes opinan que por más que el alcalde Giraldo quera sostener al secretario de Planeación en el cargo, le va a quedar difícil. Lo más grave de este espinoso asunto es que por los permanentes errores en la gestión administrativa, Mendieta terminó en derrumbarle al Alcalde los apoyos que tenía por parte de la mayoría del Concejo, como quedó demostrado en la sesión de este martes.

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 Sin dejar de sumar el fantasma que de nuevo afloró en el debate sobre la bochornosa situación cuando Mendieta fue sorprendido en estado de embriaguez y aparte de ello en un flagrante irrespeto a la Policía. Hay que recordar que en su momento el alcalde Giraldo contra viento y marea lo sostuvo en el cargo, pese a que la falta fue calificada de grave.

En el debate de este martes Yamit Mendieta reconoció su falta pero dijo que ya había salido de esa situación y añadió que “no puedo permitir que se me siga juzgando toda la vida”.

Lo cierto es que con lo ocurrido en el Concejo, el alcalde Giraldo ha quedado maltrecho en su gobernabilidad, con el agravante que en el sector rural que, es donde tiene su mayor apoyo, empieza a sentirse malestar por los incumplimientos en las promesas que hizo en campaña electoral.