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Tolima gana pero un triunfo no tapa lo malo

Tolima gana pero un triunfo no tapa lo malo

Por Manuel Alberto Caycedo.

 

Es cierto, se gana y eso lo importante. Ganar y sumar puntos cuando se está al filo del precipicio para quedar en el fondo de los que no llegan a la final. Lograr 3 goles que pudieron ser 6 y recibir 1 es bueno. Pero eso no tapa las grandes fallas que tiene un equipo que no puede encontrar una identidad, un trabajo de conjunto y una línea para que logre la meta a cumplir.

 

En un partido muy regular con un Santafé que mostró porque también está en la cuerda floja y sin la cara del campeón que hasta hace poco tuvo. El Tolima logró un triunfo que hubiera podido ser más amplio cuando el rival se quedó con nueve jugadores, bien sancionados por el central. Pero la verdad los jugadores después del dos a cero se olvidaron de lo importante de aumentar el número de goles para el promedio en caso de empate por u n séptimo u octavo lugar en la final. Cada uno quería hacer el suyo o repetir y se olvidaron de lo importante de seguir anotando.

 

La figura no fue Pérez, Rodríguez o Cardoza que abrió la senda del triunfo con un potente cabezazo con el cuerpo al piso. Fue Silva, pese que se vio comprometido en el gol del visitante, porque hizo atajadas al inicio del encuentro que hicieron cambiar el rumbo al ímpetu santafereño y de su capitán Pérez. Otra cosa pudo ocurrir si los rojos inician ganando el encuentro. Pero una vez más hay que ser frío a la hora de hablar de lo que hizo el local o mejor dicho lo que hace rato no hace.

 

Hay que destacar una vez más a Albornoz, jugador que todavía no se entiende por qué lo colocaban solo de marcador y amarrado a un espacio cuando ha probado que tiene suficiente poder para atacar y desbordar. Producto de su juego la asistencia para el gol de Marcos Pérez y múltiples dolores de cabeza

para la defensa santafereña. Angelo Rodriguez sigue siendo importante por su desborde y por ser distractor para que sus compañeros hagan gol, pero se le nota ansioso y desesperado a veces hasta peleando con sus compañeros.

 

Marcos Pérez no marca y eso hace que exista el primer boquete que encuentra el rival para avanzar y trabaja al ataque, pero al límite del fuera de lugar. Hay que decir que al menos aporta con tiro de pelota quieta y como el domingo con pelota también en movimiento. Rivas y Paz no han logrado mostrar tener pulmones para los 90 y casi siempre van de más a menos y extrañamente Álzate no ha vuelto a ser el mismo que hizo que su traída fuera justificada y alguna vez se pensara hasta en un buen número 10.

 

La defensa mostró que falta mucho trabajo pese a que Banguero se ha aplomado en su labor de marca mientras que en el otro extremo Arboleda no alcanza a tener la regularidad que se necesita y menos cuando se pretende que apoye hacia adelante el equipo. Cardoza no ha mostrado su experiencia y quizás la única regularidad está en las piernas de Torijano.

 

Entraron Rentería por Paz que se lesionó y Obrin por Albornoz que terminó agotado. Los dos entrantes muy acelerados y faltos de fútbol. El más joven y pequeño delantero sin un norte y con afán de hacer goles sin compartir con otros que hubieran posiblemente aumentar el marcador. Rentería muestra fuerza y capacidad, pero aún le queda mucho por dar.

 

Hay que ganar todos los partidos para pasar en los ocho de la final y faltan partidos con rivales directos, buenos y regulares, pero al fin y al cabo rivales que también cuentan. No es fácil pero tampoco imposible porque como visitante no se ha portado muy bien y como local tampoco ha sido el mejor.

Por ahora la mano de Quintabani no se ve o como dijo un viejo y avezado hincha “no tiene con qué”.

 

Punto aparte merece el gol de Santafé. Un cobro fuera del área donde tres rojos se hicieron en el centro de la barrera cerca de la línea de las 18. Dispararon y se abrieron los del visitante con la complicidad de la defensa. Por supuesto el balón entró al arco adicionalmente con un pique en el suelo que ayudó a impedir que Silva llegara a tocarla. Un gol ingenuo típico de campeonato de barriada. A un equipo profesional no pueden hacerle un gol así.

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