Por:  Manuel Alberto Caicedo Cañón

La historia de este jueves 2 de marzo no dirá si Tolima jugo bien o no su primer partido de suramericana del 2017. Simplemente contará que obtuvo 3 puntos que le pudieron servir para seguir adelante en la clasificación de su grupo. Los analistas profundizarán sobre un terrible primer tiempo donde la goleada por parte del equipo Bolívar de Bolivia hubiera podido llegar a la media decena.

Afortunadamente Silva, el vertical y la mala puntería del visitante ayudaron a terminar los primeros 45 con la mínima diferencia en contra y con un auto golazo de Mosquera. Volvió a la memoria de los aficionados el equipo local parado mirando jugar al contrario como con Millonarios en Bogotá. Ya había desespero en el onceno y en la mente del técnico Quintabani el qué hacer para que la pasividad terminara.

Los bolivianos jugaban ordenados y con rapidez, abrían los flancos y hacían trizas a los marcadores, al tiempo que los centrales, Torijano y Mosquera no asimilaban el paso adelante. Los árbitros peruanos no ayudaban mucho y en más de una oportunidad fallaron al determinar el fuera de lugar en que quedaban los de azul claro y estuvieron a punto de permitir goles ilegalmente. Nada estaba a favor del equipo y se fueron a descansar.

Un cambio determinó Quintabani para el segundo tiempo, entrando Álzate y saliendo Villa. El optimismo en la tribuna era muy escaso especialmente por los últimos partidos donde el volante paisa no había obtenido las mejores calificaciones. Pues si hubo cambio y se dio en la salida por un costado de Montoya y la utilización de la rapidez de Pérez para llegar al fono por la derecha. Se vio un Bolívar menos organizado y se taponaron las salidas llegando a lograr el empate merecido de Álzate en jugada inexplicable cuando les ganó a dos de los grandes del oponente.