Deportes Tolima enfrenta este domingo al Deportivo Cali, en un partido con mucha historia reciente por sus tres finales disputadas, pero que hoy tiene en una realidad diferente a ambas instituciones, sobre todo al conjunto ‘azucarero’. Los hinchas del Cali revisan de reojo la tabla del descenso, que por su último cambio, tiene al club merodeando los últimos lugares.

Y es que antes de empezar la Liga del 2022, Dimayor anunció un sistema distinto en cuanto a los descensos. En primer lugar, los dos recién ascendidos ya no heredarían los puntajes de los dos descendidos, sino que lo construirían con sus propios resultados. De esta forma, lo que se empezó a contar fue el promedio, que se cuenta dividiendo los puntos hechos entre los partidos disputados de los últimos tres años. Así pues, los ascendidos tendrían más chances de permanecer en primera división.

Por este motivo la situación del Cali es tan crítica, aún teniendo un buen 2021 con un título en Ibagué, los ahorros no le alcanzan para nivelar el pésimo 2022. Durante todo este último año el Cali sumó 34 puntos, solo 3 más que los sumados en un solo semestre del 2021, lo que a día de hoy lo ubica quinto en la tabla del descenso, en la que descienden dos. Para revertir esta situación, contrató al reconocido director técnico Jorge Luis Pinto.

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El Once Caldas también pelea por mantenerse en primera, pero no mira de reojo la tabla del promedio, hoy es su única realidad. Tras sumar los suficientes puntos como para alejarse de este flagelo en 2018, cuando clasificó por última vez a los cuadrangulares, cayó en un bache futbolístico y dirigencial del que nunca se repuso. 

El campeón de la Copa Libertadores tuvo un 2021 muy malo, donde apenas sumó 37 puntos en todo el año. Mejoró en el 2022 en el que alcanzó los 56 puntos, pero no fue suficiente para desligarse de la tabla del descenso, en la que se encuentra cuarto. Además, suman una crisis que tiene a los hinchas cansados de los directivos y lo que según ellos son malas decisiones futbolísticas, como los técnicos que han tenido durante los últimos años y quienes se fueron más por la presión de la tribuna que por convicción dirigencial.

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Si bien ambos clubes tienen todo para salvarse, no pueden cometer el mismo pecado que el América de Cali en 2011. El equipo rojo subestimó el descenso y cuando quisieron despertar ya era muy tarde, sus dirigentes creyeron que por ser un equipo grande no sufrirían en descenso, pero nada más alejado de lo que en realidad pasó.