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Sexo en la red

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Crónica

Por: Juan Carlos Díaz

Sus cuerpos, intimidades y sexo están a la venta en una pequeña página en internet, así como sus personalidades ficticias. Con más de 30 mil seguidores en su cuenta y cerca de 4 mil espectadores por transmisión, Jeremy y Génesis se lucran del modelaje web cam, cumplen fetiches y deseos sexuales a través de un computador. 

Ella, con ojos color miel y labios gruesos, un cuerpo bien tonificado, unos glúteos persuasivos y senos casi perfectos. Él, un cuerpo vigoroso, con grandes pectorales y gigantescos bíceps, con un rostro de niño inocente y una personalidad extrovertida. Rasgos que cautivan e hipnotizan a todos sus clientes.

La habitación parecía tener las paredes recién pintadas. Una cama gigantesca tendida con un edredón blanco y dos cojines color purpura. En su espaldar, una mujer desnuda pintada en sombras y a su lado una luz violeta para resaltarla. Un enorme espejo ocupando toda una pared y un cuadro en ingles con la siguiente frase: “You can go your own way”.

El show inicia con un beso tan candente que activa el instinto más bajo de Jeremy y humedece los labios inferiores de Génesis. Caricias y roces que excitan a su público. Proceden a desgarrarse la ropa como animales salvajes. Después de un par de toques y tokens (dinero digital), y a petición del espectador, como Afrodita, con sus delirantes labios, Génesis recorre el cuerpo de su hombre bajando por todo su torso hasta llegar a su pelvis, quedando lista para realizar la tan anhelada felación que sus seguidores solicitan. Los token vuelven a llover.

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Es el turno de él. Coge su rosto y lo levanta a su altura, le da vuelta de forma dominante, la tira a la cama y agarra su cintura como si ésta fuera de su propiedad, le azota las nalgas con el fin de mostrarle a su público que está sometida a su voluntad y por ende a la de ellos. Espera órdenes e incentivos para hacerla suya. Pasan unos minutos y la tempestad de fichas con un tono dorado llega, listo para la acción saca su miembro y el espectáculo principal inicia. A medida que la monta, Jeremy y Génesis disfrutan de lo que hacen y no por el sexo, pues la felicidad de sus clientes es notoria con cada ficha que donan. La faena continúa un par de minutos más, cambian de posiciones con el fin de lograr un plano más cercado para sus visitantes. El semental está a punto de llegar al éxtasis, saca su pene, lo aproxima a la cara de ella y junto con un gemido eyacula en su rostro. Así es como sus seguidores prefieren termine el acto.

Apagan la cámara y dejan de lado aquel disfraz que los hacia ver perfectos. 

Aprovecho el receso y empiezó hablar con ellos:

— Esto es temporal, solo esperamos terminar nuestras carreras y dejarlo a un lado. No pensamos dedicarnos a esto toda la vida— dice ella. Sonrío mostrando incredibilidad, lo que la hace seguir diciendo – Es en serio, muchas personas creerán que esto es un trabajo fácil y placentero, pero no lo es.

Entonces… ¿No disfrutan lo que hacen?  ¿No disfrutan el sexo entre ustedes? – pregunto.

— Si pero no —responde Jeremy— Los primeros días fueron divertidos, pero ya después del tiempo se va tornando algo monótono, aburrido. Muchas veces no podemos hacer lo que nos gusta a nosotros, tenemos que hacer lo que complazca a los usuarios. Así no nos guste—. Jeremy aprieta sus labios y frunce el ceño de forma brusca.

Será que con tanta actividad sexual, aún les quedan ganas de hacerlo sin una cámara al frente. Tal vez si, están jóvenes y los jóvenes mantenemos con el líbido a mil -me pregunto y sin pena les comparto mi duda-

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— A veces – contestan al tiempo y entre risas.

— El desgaste físico es mucho. Hay días que solo alcanzo a dormir 3 o 4 horas. Si a mucho lo hacemos 1 vez a la semana y eso…— abanica su mano izquierda, con el fin de mostrar la lejanía— es decir, cuando queda el tiempo y las ganas- concluye Jeremy.

— ¿El trabajo no les ha traído problema como pareja? ¿Les ha dejado o les ha causado algún tipo de secuelas?

— Nuestra relación como pareja no se ha afectado, por el contrario, nos ha ayudado a unirnos más y conocernos mejor. Dicen que los secretos unen a las personas—, Génesis mira a Jeremy y le sonríe tiernamente.

— La única secuela o problema que ha traído en modelaje web cam para nosotros es precisamente eso, la carencia de apetito sexual, pues ya el sexo se vuelve algo inducido— dice Jeremy mientras agarra de la mano a Génesis y continua —Pero nos ha unido más, pues el sexo pasa a un segundo plano y nos concentramos más en amarnos como personas.

Ellos viven su vida virtual en el anonimato. En sus páginas bloquean a Colombia para evitar ser descubierto por sus familias o conocidos. Tan solo sus amigos más cercanos o compañeros de trabajo conocen de su verdadera profesión. Para muchos, ellos solo son recepcionistas de uno de los hoteles más reconocidos de la ciudad. Así es como justifican sus horarios nocturnos en casa.

Se acaba el receso y es hora de retomar el trabajo. La entrevista queda suspendida hasta nuevo aviso.

Después de unas horas y ya con sus cuerpos cansados por los movimientos y poses que les exigen los visitantes, no queda más opción que fingir. Sí, fingir. No todo por lo que paga el espectador sucede: la penetración, la eyaculación, la masturbación y muchas más actividades sexuales son fingidas pero muy bien remuneradas.

Agotados y sin ánimos de follar, fingen la penetración. Génesis, se pone en cuatro y el hombre acerca su pene flácido al trasero de la chica, lo mete en medio de sus nalgas, sobre el ano y lo sostiene fuertemente con el dedo pulgar. Así y con la cámara de lado, el visitante creerá que la están penetrando y no, tan solo rozando.

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Aburridos y ya con una buena cantidad de fichas recolectadas, buscan darle un final al show. Jeremy con movimientos fuertes, aparenta acabar dentro de Génesis. Se retira rápidamente con el fin de que la cámara no logre capturar lo dormido que tiene el miembro. Ella, se acerca e intenta mostrar cómo se escurre lo que se supondría, es la esperma de su semental. Pero en realidad es lubricante mezclado con crema. El cual se introdujo con una jeringa antes de que iniciarán toda esa farsa.

Con besos y sonrisas se despiden de su público. Apagan la cámara y de afán salen para casa.

¡Tal vez alcancen a dormir un poco! 

Esta pieza periodística es producto de la cátedra de Periodismo y literatura de la Universidad del Tolima que dirige el escritor y periodista Carlos Pardo Viña.

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