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La megaminería: pone en peligro el lugar con más palma de cera del país

La megaminería: pone en peligro el lugar con más palma de cera del país

La declaración de inconstitucionalidad del acuerdo municipal que prohibía la minería en Ibagué no solo es otro round entre la disputa política entre el gobernador del Tolima y el alcalde de esta ciudad. También pone en peligro la zona con más palma de cera, nuestro árbol nacional. (Puede leer: Cae Acuerdo que prohibía la megaminería)

Entre Tolima y Quindío está el santuario ecológico con más palma de cera del mundo: Tochecito, un busque de unas 4.500 hectáreas.

El lugar es maravilloso. Cuando el barón Alexander von Humboldt vio por primera vez, en 1801, los altísimos tallos de las palmas quedó atónito. “Un bosque por encima del bosque”, dijo el explorador alemán. El lugar también maravilló a la ruta libertadora comandada por Simón Bolívar. Los miles de viajeros que tomaban el Camino del Quindío, que comunicaba Ibagué con Cartago, veían cómo el cielo se cubría de palmas.

El lugar queda entre la jurisdicción de los municipios de Ibagué y Cajamarca, entre 2.000 y 3.100 metros sobre el nivel del mar. La palma comenzó a ser talada y utilizada para fabricar velas y en la tradición, un poco erradicada, de elaborar ramos tejidos con sus hojas en la celebración religiosa del Domingo de Ramos. Muchas personas siguen creyendo que quemar esas hojas espanta el peligro de borrasca.

En la carretera que conduce que Cajamarca (Tolima) a Salento (Quindío) se encuentra el corregimiento de Toche, sobre la variante de la cordillera Central. Luego de caminar una hora se asoma, por entre nubarrones espesos, el lugar con más palmas de cera del mundo: Tochecito.

El lugar, olvidado durante años por la violencia y la falta de presencia del Estado, tiene en su terrero 600.000 palmas de cera de las 700.000 que hay en Colombia. Sin embargo, el área se encuentra desprotegida, a la merced de las comunidades locales y los foráneos que se acercan a explotar la palma de cera.

El Estado se defiende diciendo que no hay suficiente dinero para comprar las hectáreas, las cuales en su mayoría pertenecen a particulares que las explotan a su parecer. Lo que argumentan los ambientalistas de la zona es que el valor de recursos naturales del lugar es incalculable, pues los palmares y bosques que Tochecito facilitan la movilidad de la fauna de gran parte de la cordillera Central. También proveen alimento constante a los animales silvestres, ya que casa palma puede producir cerca de 24.000 frutos al año.

Además de lo anterior los troncos de las palmas de cera son el único lugar de anidación para los loros orejiamarillos, los cuales se encuentran en peligro de extinción, entre otras cosas porque la palma de cera les ofrece refugio y los frutos para alimentarse.

Para los ambientalista el principal temor es que suceda con Tochecito lo mismo que pasó con el valle del Cocora, en el Quindío: la mayoría de las palmas, que son el principal atractivo turístico del valle, son plantas adultas que sobreviven en potreros y lugares aislados en los cuales la especie no logra regenerarse. Es decir que estas plantas del valle del Corora están condenadas a la desaparición.

¿Qué se puede hacer para salvar las palmas de cera de Tochecito?

Un conflicto que se da en Tochecito es que allí habitan muchas personas. muchas de ellas víctimas de la violencia, desplazados de las FARC y de los paramilitares. En los suelos de la zona hay ganadería y agricultura, actividades que han dañado la biodiversidad porque no se hace controladamente.

La propuesta para buscar declarar a Tochechiro un área protegida tiene cuatro pilares fundamentales:

1. Mantener los palmares de bosque como la única muestra que queda de estos ecosistemas en los Andes.

2. Mantener la integridad de las poblaciones de palma de cera.

3. Mejorar la conectividad regional.

4. Generar propuestas de uso sostenible, incluyentes de los actores locales, que promuevan la sostenibilidad y los modos de vida.

Sin embargo la falta de interés de los políticos regionales y departamentales hace que el proceso vaya lento. Ahora se suma la responsabilidad del gobernador del Tolima al ayudar a declarar inconstitucional el acuerdo que prohibía la minería en Ibagué.

Los cuatro títulos que tiene AngloGold Ashanti en la zona

Según el Catastro Minero Nacional, la empresa AngloGold Ashanti es titular de cuatro títulos (CG3-145, GLN-094, GLN-099 y el HHA-14251X) dentro del bosque de Tochecito, abarcando los municipios de Cajamarca, Salento e Ibagué, en un área total de unas 17.000 hectáreas.

AngloGold Ashanti afirmó que ha renunciado a dos de los cuatro títulos en junio de este año, entre otras cosas porque la población de Cajamarca así lo decidió e la consulta popular en marzo pasado. Los otros dos estaban en vilo porque por medio de un acuerdo promulgado por el alcalde de Ibagué, y que el concejo había aprobado, se prohibieron las actividades mineras en Ibagué.

Esto hasta que el gobernador del Tolima impugnó el acuerdo y el Tribunal Administrativo del departamento le dio le razón.

Así las cosas, la reserva protectora sería una figura ideal para proteger a Tochecito, pues dentro de esta figura están prohibidas las actividades mineras, pero permiten la propiedad pública y privada, siempre y cuando no vayan en contravía de la conservación. Es decir que se permitirían la ganadería y la agricultura, siempre y cuando se realicen adecuadamente, y se prohibiría la minería.

Otra opción sería que se retomara la iniciativa de realizar la consulta popular en Ibagué en contra de la minería. Sin embargo, con la falta de voluntad del Gobierno Nacional para permitir que se realicen las consultas populares y con la ahora sí clara política prominera del gobernador Barreto parece que va a ser una batalla difícil.

Con información de Eltiempo.com

Textos: Camilo Jiménez

Fotos: Suministradas  

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