Por: Julio César Carrión Castro

En una clara manifestación de consistencia teórica e intelectual, característica de los nuevos líderes de la vergonzante “izquierda” colombiana, el ex-candidato presidencial de la llamada "Coalición Colombia" (heterogénea aglutinación de expresiones políticas como el Partido Verde del inestable Mockus y la locuaz Claudia López, el movimiento denominado "Compromiso Ciudadano" del ex-gobernador Fajardo, asi como el agónico Polo Democrático Alternativo que maneja y controla el senador Jorge Robledo) el Doctor Sergio Fajardo ha dicho que deja en libertad a sus militantes para que voten en la próxima jornada electoral, a favor o en contra de lo que representan sus anteriores competidores, porque, a fin de cuentas, según él lo considera, no existen diferencias, y por tanto da lo mismo Uribe (es decir Iván Duque) que Petro; que es igual mantener los acuerdos y diálogos de paz, que promover el continuismo de la guerra.

(Puede leer: Ficción biográfica aplicable a algunos personajes de nuestra miserable farándula politiquera)

Este tipo de tesis tan clarificadoras, (que son una repetición de lo que anteriormente hizo Enrique Peñalosa como candidato presidencial, en el 2014, desde ese otro revoltijo que en su momento llamaron "Alianza Verde") nos permite entender la coherencia que acompaña a la “izquierda” colombiana, ya tan lejana de las movilizaciones populares y de la auténtica lucha por el socialismo.

Escuchamos planteamientos, expresados a plenitud y diáfanamente, por los activistas de las diversas empresas electorales de esa izquierda oportunista y acomodaticia, en las voces de estos prestigiosos revolucionarios de parlamento, de prensa y de academia que nos agobian, desde todos los medios de comunicación; no están pensando en el país, ni en las quejas y necesidades de los sectores populares, sino haciendo conjeturas, cábalas y, por supuesto, cuentas, con miras a las siguientes elecciones. Buscan, exclusivamente, ir estructurando el próximo escenario electoral, para ello plantean ficticios debates que les permitan establecer las alianzas estratégicas más convenientes a sus aspiraciones.

(Puede leer: La táctica de la resignación electora: la izquierda colombiana)

Estos avezados politiqueros consideran un crimen, promovido por extremistas "revolucionarios", llamar a la unidad de los sectores indignados e inconformes y por supuesto, para ellos no es conveniente expresar tesis socialistas o anticapitalistas. No admiten que se llame a las movilizaciones populares, al abstencionismo, al voto en blanco o el rechazo general eso que es lo único que saben hacer: campañas electoreras...

Estos aventajados teóricos mediáticos y faranduleros, que borraron de sus programas toda referencia a la lucha de clases y a la revolución solamente buscan, siguiendo las propuestas del Gatopardo, del príncipe Tomas de Lampedusa, cambiar algo para que todo siga igual...