Por  Óscar Daniel Guifo Roldán | Ing. Civil

Las afectaciones del congestionamiento vial transcienden las fronteras del colapso vial y del incremento del tiempo requerido en los desplazamientos; afectando de forma directa la microeconomía de los territorios adonde se presente el fenómeno vehicular.

En la última década la movilidad ha sido un tema de mucha importancia para las ciudades colombianas entendido desde el incremento acelerado del parque automotor, sin embargo, en sus agendas programáticas no han contemplado los efectos ocasionados a la reactivación económica para el sector comercial del país y la atracción de nuevos mercados en sus ciudades. 

No es un secreto que los colombianos tienen hábitos de movilidad muy dependientes a los vehículos de combustión fósil, tanto así, que se constituyó en la única forma de generación de ingresos en las familias de estratos medio-bajos. Es por esto, que sus problemáticas han estado ligadas al congestionamiento vial, así mismo a los efectos nocivos en la salud de los seres humanos. 

Bogotá, en la actualidad ha sido centro de la discusión por las polémicas declaraciones de la alcaldesa Mayor, “Los impuestos son por tener carro, lo invito a que lo venda, use bicicleta, use transporte público”, (El Tiempo, 2022).

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Sus declaraciones evidencian la manera tan ineficiente de utilizar este medio de transporte particular, y también es válido mostrar las causas que conllevan a su acelerada adquisición, por ejemplo, la mala gestión sobre el transporte público; el cual para el caso de Bogotá, es poco atractivo y de muy baja aceptación por los ciudadanos, sin embargo, éstas problemáticas llevan ya varias décadas y varias administraciones que no han logrado encontrar las soluciones más eficaces sobre las alternativas de solución a la problemática.

Es por esto, que las alternativas se lograrán desarrollar desde el trabajo conjunto de la sociedad con acciones racionales que permitan utilizar de forma eficiente el vehículo particular. Se puede contemplar el uso compartido de vehículos ó Car-Sharing , como también, el uso de medios alternativos de transporte como la bicicleta, caminar y demás formas modernas de movilidad. Es importante resaltar que la gestión pública debe estar enfocada a adecuar los espacios que pretendan priorizar estos patrones de movilidad (ciclabilidad y caminabilidad) que la gente considera adecuados para realizar sus desplazamientos de forma libre y segura, en recorridos que indiquen su viabilidad dada la favorabilidad de las condiciones exógenas del territorio.

De esta manera, el fortalecimiento económico se dará una oportunidad de conocer las nuevas oportunidades que le brindarán a sus mercados de acuerdo con las características básicas para un entorno caminable (Álvarez de Celis, 2014).

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Ibagué no es ajena a la problemática de movilidad en el país, los ciudadanos han podido evidenciar el incremento del tiempo en sus desplazamientos cotidianos por causa de la congestión en puntos determinados de la ciudad.

 En promedio en Ibagué se movilizan 1.2 pasajeros por vehículo, es una cifra que además de ser baja para la capacidad total de un vehículo, demuestra que se está utilizando de manera ineficiente, y requiriendo de un mayor consumo de combustible, por ende, aumentan las emisiones de Gases de Efecto Invernadero GEI siendo también nociva esta práctica para el medio ambiente. 

De acuerdo con lo anterior, la microeconomía de la ciudad se ve afectada de forma directa ya que sus potenciales compradores deberán invertir más tiempo para llegar al lugar de destino en el cual prefieren realizar su compra y esto, desincentiva de forma directa la forma de adquisición de un producto o servicio en el mercado local.

 “Este tipo de costos son denominados como internalizados, es decir, asumidos por la empresa y el individuo (Polése, 1998).” Se pudo visualizar este fenómeno en la temporada decembrina en donde el denominado centro fundacional de Ibagué se vio colapsado en sus vías vehiculares por encontrarse abarrotadas de vendedores informales, vehículos parqueados sobre la vía pública (sin el debido control de la autoridad) y peatones sin espacio de circulación volcados sobre la vía. 

Llegar hasta ese lugar se constituyó en una aventura sin un fin agradable; máxime que la denominada “nueva ciudad” se desarrolló en sentido opuesto y gran parte de su población se desplaza por los principales corredores viales que existen desde el siglo pasado sin tener una modernización vial de ningún tipo.    

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Finalmente, el cobro por circulación de vehículos particulares sobre las vías públicas será una inevitable realidad siempre y cuando los propietarios de vehículos particulares no tomen conciencia sobre su adecuada utilización.

Así mismo los gobernantes deberán mejorar el Sistema Estratégico de Transporte Público de sus territorios para que sean atractivos a sus usuarios; incluyendo también la adecuación de infraestructura urbana para la caminabilidad y ciclabilidad, entre otros.

Post scríptum: Los ejes viales que se tienen planeados para iniciar su construcción durante la presenta anualidad va a incrementar el congestionamiento vial de tal manera que colapsarán de forma permanente varios de los ejes longitudinales de la malla vial de Ibagué y de forma proporcional se evidenciarán sus efectos en el comercio local.

Desde ya y de ser cierto el desarrollo de estos ejes viales, deberían fortalecerse las estrategias de movilidad alternativa para que el comercio de la ciudad no sufra las peores consecuencias. 

  El car-sharing es un modo de transporte compartido, donde un servicio es ofrecido en el que varias personas comparten el acceso y uso de un conjunto de vehículos, este es un modo relativamente nuevo de transporte urbano.