Si a algo le tengo respeto se llama al poder de la mente. Chico Xavier dice que nuestra mente es como una antena, capta aquello con lo que estamos en sintonía, ya sea negativo o positivo. Depende de nosotros cambiar la frecuencia.

Alguien estornuda y de manera automática lo convertimos en Covid19, porque así es nuestra mente, empezamos a alejarnos de esa persona, así sea familiar, y si tuvimos por descuido o no un signo de alarma en factores protectores, pues se disparan el resto de síntomas, hasta diarrea les ha dado a algunos conocidos.

Y si tuvo Covid19 y ya salió de esos primeros 15 días, algunos, no les miento, miran a ese ser querido como si tuvieran lepra. Les entra pánico, culillo, no quieren verlos sino después de un mes preferiblemente, es que ni invocarlos quieren.

No hablemos de cuando vamos a un espacio público, llegamos agotados a la casa, nos lavamos las manos una y otra vez, como si estuviéramos restregando la ropa y se siente la fatiga, y nos vamos hasta donde el doctor Google a preguntar por todos los síntomas y empieza nuevamente el juego de la mente, vienen a ella todos los síntomas, hasta fiebre.

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Los que tienen tos, síntoma de ansiedad o estrés gracias al poder de la mente, complican más las cosas. Porque se suma entonces el dolor de cabeza y dolor de garganta, y entonces el Covis hace de las suyas y hasta gotas de agua salen de la nariz, pierden el olfato, el gusto, hasta las ganas de reír.

Y se convierte esta cotidianidad en parte de los hábitos y nos complicamos la vida, porque nos da Covis que es la suma del gadejo con la pendejada por la inseguridad, o por descuido, y en esa repetición bajamos la guardia, porque la mente se adecúa a las nuevas condiciones en donde ya te sientes derrotado.

Traigo a colación a William Torres que dice “Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras. Cuida tus palabras porque se volverán actos. Cuida tus actos porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino, y tu destino será tu vida.

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Cuando les de covis, dígale a la mente que deje la pendejada y empiece a pensar de manera positiva, no vaya ser que lo coja con los pantalones abajo y sus defensas cedan ante ese virus que es más poderoso que el COVID 19.