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San Antonio, vereda de Ibagué que le cobran servicios públicos como si fuera zona urbana

San Antonio, vereda de Ibagué que le cobran servicios públicos como si fuera zona urbana

La comunidad de la vereda San Antonio clama por mayor asistencia de la Alcaldía de Ibagué.

La vereda San Antonio de Ibagué a muchos seguramente no les dice mayor cosa, simple y llanamente porque no saben que existe. Lo cierto es que allí habitan 30 familias, se encuentra localizada arriba de la avenida Ambalá. Para llegar se toma la glorieta de la Universidad de Ibagué hacia el punto Los Rosales, de ahí hay un desvío hacia el puente de El Mohán, se cruza el barrio San Antonio para tomar un camino de herradura para llegar a la vereda del mismo nombre del barrio.

Al llegar allí, de inmediato se encuentra con el abandono estatal. Lo padecimientos de la comunidad se hacen evidentes en muchos aspectos. Lo que más reclaman en la actualidad las 30 familias es el elevado costo de los servicios públicos, en especial el de aseo y después la energía. “los recibos de Celsia han comenzado a llegar como si se tratara de una zona urbana estrato dos, pero ahí no termina todo, no hay un servicio de recolección de basura óptimo, pero el recibo si hay que pagarlo”, se queja un miembro de la comunidad.

Pero como si lo anterior fuera poco, ya fueron avisados que el costo del servicio de agua, una tarifa que pagan a la administración del acueducto comunitario, también puede llegar a aumentar “como si se tratara de una zona urbana estrato dos”. Según los habitantes del sector, aunque el barrio Obrero y el barrio San Antonio extiendan cada vez más su frontera hacia el sector de la vereda, siguen siendo zona rural.

El sector resaltado en rojo corresponde al casco urbano de Ibagué, lo demás es territorio rural.

Características

Las casas están separadas entre sí, los caminos son de herradura, el alumbrado público es prácticamente inexistente y muchas familias tienen pequeños cultivos de autoconsumo que contribuyen para la subsistencia, porque son hogares de escasos recursos. La comunidad no se explica cómo pueden clasificarlos en zona urbana estrato dos, teniendo estas características y sienten que es sólo con el fin de elevarles el valor de los servicios públicos.

Según los testimonios de la comunidad, lo más urbano que tienen son los escombros que botan los habitantes del barrio Obrero y otros sectores aledaños, sin ningún control de las autoridades: “y no son sólo los escombros, botan camas, muebles viejos y hasta ‘mortango’”, denuncia María, quien se ha visto afectada por la situación.

Vidas en riesgo

Los habitantes de la vereda coinciden en que se sienten invisibles para la Administración Municipal que no atiende sus necesidades y también para Cortolima, pues, por más solicitudes que se le hacen, la comunidad señala que la Corporación, no realiza el mantenimiento a los árboles que también amenazan la vida de las personas, ya que, por las condiciones de la zona, ciertos árboles no enraízan bien y, al crecer, tienden a caerse, afectando las viviendas.

“Tenemos dos badenes que deberían contener la quebrada San Antonio, pero las estructuras tienen pedazos caídos y los tubos de concreto que las conforman están obstruidos. Ya ha pasado que la quebrada crece cuando llueve y el agua entra a las casas. Un día de estos que vuelva a llover, se puede llevar una familia”, señala Óscar Pérez, habitante de la vereda.

Este es un llamado urgente para que los entes encargados no sólo revisen la diferencia entre el barrio y nuestra vereda San Antonio, y eviten una tragedia. Dios no lo quiera, se viene la quebrada o se cae uno de esos árboles y le puede quitar la vida a una o más personas”, advierte Jorge González, edil de la comuna 06.

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