El Amazonas es una de la zonas del planeta considerada como reserva de la biodiversidades más importante y más grande del mundo del mundo, cuyo bosque tropical está en peligro debido al incremento de los incendios forestales que acontecen en esa parte de la tierra, donde se estima que hasta el momento han consumo cerca de 4 mil kilómetros de selva, solo en la parte brasilera.

Esta situación se agrava aún más si se teiene en cuenta que en lo que va corrido del presente año (2019), según los registros del centro de investigación espacial del Brasil (INPE), los incendios forestales en el pulmón verde del planeta van en incremento con una suma récord de 72.834 focos de fuego, presentando un incremento del 83 por ciento, frente al mismo periodo de 2018.  

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Según el portal Nueva Mujer, el INPE, aseguró este jueves, que sus satélites han detectado 9.505 nuevos incendios forestales, principalmente en la cuenca del Amazonas.  

Es una tragedia que vive el mundo, y los colombianos por la proximidad y compartir parte de esa zona amazónica, estamos propensos a correr riesgos incalculables.

Y pensar que ante esta tragedia el gobierno neofascista de Jair Bolsonaro, no tiene una política pública ambiental clara frente a esa situación, porque su propósito es precisamente arrasar con parte de la selva amazónica en aras a un supuesto desarrollo agroindustrial del Brasil.  

Reacciones en Colombia

Ante esta situación, el excongresista tolimense, Jairo Rivera Morales, escribió el siguiente texto:

Esto es lo más grave e inaudito que nuestros ojos han visto a lo largo de la vida. Algo verdaderamente imperdonable que se origina en la insensata pretensión de capitalizar y privatizar en términos absolutos la naturaleza. Al paso que vamos, no habrá "shock del futuro", sencillamente porque no habrá futuro.

Permitir la destrucción masiva de los bosques es imposibilitar al planeta para afrontar con éxito los efectos del cambio climático. Esa irresponsable actitud ha caracterizado al actual gobierno brasilero cuya orientaciones  explotadoras y depredadoras resultan hoy tan  inocultables como imperdonables. No obstante, el presidente de la hermana república ha salido a exhibir una especie de macabro cinismo culpando de los incendios a las ONG que trabajan por la defensa del ambiente, con el argumento de que lo han hecho para beneficiarse cobrando los auxilios de la comunidad internacional. Como quien dice, el principal culpable de la hecatombe sindica sin pudor a quienes han denunciado su actuación exterminadora e ilegítima. Tras de ladrón, bufón; tras de gordo, hinchado; y tras de cotudo, con paperas. ¡Ese es mucho malparido!

El neoliberamismo autoritario y la explotación de sus filones megamineros, extractivistas, agroindustrialistas, desforestadores e macroganaderos, han comenzado a precipitar la inviabilidad de la vida en el planeta. Ya muchas especies han desaparecido para siempre; y la especie humana, por supuesto, no es la excepción" (J.R.M)