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Ambiente

El Tolima puede salvar de la extinción a la palma de cera.

El Tolima puede salvar de la extinción a la palma de cera.

Una Palma de Cera puede tardar hasta 5 años en alcanzar los primeros 3 centímetros de altura. 

Lejos de lo que dicta la creencia popular, no es en Salento - Quindío donde se encuentra el bosque de palma de cera más poblado del mundo, sino que son dos municipios del Tolima los que comparten esta invaluable riqueza: Cajamarca e Ibagué. Su frontera está marcada por la quebrada Tochecito, un importante corredor biológico ubicado entre las veredas La Ceja, perteneciente a Cajamarca, y Alto de Toche, jurisdicción de Ibagué.

En la cuenca de Tochecito, se levantan orgullosas aproximadamente 600.000 palmas. El segundo lugar tampoco se lo lleva Salento, ya que luego de la frontera entre Ibagué y Cajamarca el bosque de palma de cera con mayor cantidad de ejemplares está en Roncesvalles. Lo más interesante es que todos los bosques de palma se conectan entre sí, gracias a los loros orejiamarillos; por ende, dependen los unos de los otros.

 “Un bosque por encima del bosque”, escribió el padre de la geografía moderna, barón Alexander von Humboldt, cuando recorrió el antiguo camino del Quindío, que en la época colonial conectaba Ibagué con Cartago. Incluso pudo haber visto muchos de los ejemplares que aún existen, ya que la palma de cera puede vivir hasta 200 años.

Sin embargo, desde el tiempo en que Alexander von Humboldt estudió los bosques andinos hasta ahora, el nivel de deforestación ha sido indiscriminado, al punto de que hoy en día la palma de cera se encuentra en peligro de extinción. Su desaparición puede significar que el loro orejiamarillo tenga el mismo destino, al igual que otras especies que dependen de ella.

Los biólogos llaman "parche" a los fragmentos de bosque donde la intervención humana no ha sido tan marcada o, por lo menos, no ha alterado el ecosistema, y llaman "matriz" a los sectores donde el ser humano ha intervenido dificultando la conectividad entre especies, tanto de animales como de plantas.


Los loros tienen la tendencia a volar entre parches de bosque de palma para alimentarse, dormir y, en especial, para reproducirse. En estas acciones, llevan las semillas de la palma de un lado a otro, facilitando también la expansión y, sobre todo, la preservación de la especie. Por ejemplo, no es en Tochecito donde hay mayor presencia de nidos de loros. Estudios recientes evidencian que el principal dormidero se encuentra en el cañón de Anaime, en Cajamarca.

Actualmente, las organizaciones Muisca, Vida Silvestre (colombianas), y Loro Parque (Española), adelantan estudios en el sector de Potosí y les preocupa la intervención de empresas multinacionales que siembran aguacate, ya que están deforestando en el cañón de Anaime, donde el loro orejiamarillo anida. Esto puede afectar todos los bosques de palma de los andes, al punto que, por más numerosas que sean, podríamos estar ante la última generación de palmas de cera.

Frente a este preocupante panorama, el biólogo tolimense Nodier Vivas, quien estudia hace más de 5 años el hábitat del loro orejiamarillo, se pregunta: ¿Cuáles son las medidas que la gobernación, las alcaldías y, especialmente, Cortolima, están tomando para proteger a la emblemática palma de cera y a su fiel compañero, el loro orejiamarillo?

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