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Venadillo rinde homenaje a Luis Carlos Delgado Peñón

Venadillo rinde homenaje a Luis Carlos Delgado Peñón

Fotografía tomada de su perfil en Facebook

Tuve la oportunidad de conocer al exgobernador del Tolima, Luis Carlos Delgado Peñón, el 28 de diciembre de 2011, día de los Santos Inocentes. Él se dirigía a misa y disponía de poco tiempo antes de asumir su cargo el 1 de enero de 2012. Solo tuvimos tiempo para saludarnos y confirmar mi inclusión en su equipo, antes de que la gente lo rodeara y entrara a la iglesia.

Nos reencontramos el 1 de enero, en la sala de prensa, durante el acto de posesión de los funcionarios. En sus intervenciones públicas y privadas, siempre enfatizó dos principios: honestidad y transparencia. Quizás por ello, su administración ostentó el récord del mayor número de proponentes en las licitaciones públicas de los últimos tiempos. A pesar de las críticas de algunos liberales, mantuvo su ideario de democratización de las oportunidades.

Aunque la designación que me hizo fue inesperada, prevaleció el criterio técnico en ese momento. Gracias a ello, logramos desde la comunicación hechos que dejaron huella en todos nosotros. Por eso, expreso mi gratitud hacia Luis Carlos y María Elsy, ya que durante los dos años que los acompañé, siempre respetaron el criterio técnico. Con el tiempo, construimos una amistad basada en el respeto, la admiración y el amor por el Tolima.

En una de las reuniones de trabajo, hablamos sobre el futuro de la emisora cultural del Tolima. Su orden fue clara: quería una emisora que resaltara la música colombiana, para no dejar morir nuestras raíces culturales. Junto con el productor musical Aldemar Chaguala, trabajamos durante dos meses para lograrlo, ya que inicialmente no contábamos con un inventario mínimo de calidad para los oyentes.

Doce años después, sigo buscando en las maánas el dial esa emisora. Escucho los clásicos de la música andina y los nuevos talentos, y valoro esa decisión, que como diría Álvaro Castaño, fue pensada para esa inmensa minoría que necesita ser escuchada en todos los rincones del Tolima.

Hay muchas anécdotas, pero compartiré solo una. En febrero del primer año de su mandato, salió la medición sobre la popularidad de los gobernadores y terminamos en el puesto 31 de 32. Puse mi carta de renuncia sobre su mesa y él solo atinó a decirme: "El problema no es usted, somos todos y debemos redoblar esfuerzos para cumplirle, no a una firma encuestadora, sino a la ciudadanía." Creo que no descansó un solo fin de semana; siempre estábamos en un municipio u otro.

Los homenajes deben hacerse en vida, y este reconocimiento llega en buen momento para un hombre que, con su ejemplo, quiso dejar su huella en la gestión pública, actuando siempre con pulcritud y respeto por la diferencia. Ojalá muchos de los políticos del ámbito nacional, regional y local sigan su camino, demostrando que para llegar a la cima no es necesario pasar por encima de nadie. 

Mi abrazo de siempre a Luis Carlos y toda su familia.

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