Bastó un contrato de prestación de servicios profesionales por cinco meses, por valor de 60 millones 133 mil pesos, del ministerio de Vivienda para que el exalcalde de Ibagué, Rubén Darío Rodríguez Góngora, hiciera su declaración formal de ingreso a Cambio Radical (CR), su nueva divisa política. (Ver: Contrato 573 de 2017)

Como es de conocimiento público, este ministerio es de propiedad del candidato presidencial Germán Vargas Lleras desde principios de la administración Santos, y lo ha utilizado para hacer política de la buena y de la barata. El dirigente político es a su vez, jefe de los hermanos Emilio y Rosmery Martínez Rosales, coordinadores de CR en el Tolima; de allí, que se haya facilitado la negociación para llegada de 'Rubencho' a esa cuestionada organización política, donde hasta su propio candidato presidencial se lanzó por firmas, no solo para hacerle trampa a la ley electoral y hacer doble campaña (la de las firmas y la real), sino para lavar su imagen como fundador y dirigente nacional de ese comprometido partido en actos de corrupción. Con razón, también tiene cabida allí como cabeza de lista a la Cámara de Representantes por el Tolima, el también cuestionado exalcalde de Ibagué, Jesús María Botero, compañero de viaje de Rubén Darío Rodríguez y su esposa.

(Ver: ¿Los hermanos Martínez en la cuerda floja?)

La actitud de Rodríguez Góngora no nos sorprende ni nos asombra. El, está acostumbrado desde hace muchos años, a entender la política como un negocio personal y de familia. En su vida pública nunca le hemos conocido un proyecto o propuesta seria de carácter político y social, siempre su accionar ha estado al lado del clientelismo y los contratos. Y Ahora, que no tiene como ofrecer burocracia, recibe contratos para marcar su ruta política, al menos, mientras resulta algo mejor.

Lo lamentable, en medio de este acto de política bufa, es que 'Rubencho' se nos presente como un 'sacrificado del partido liberal', según sus propias declaraciones a la radio, cuando este lo abrigó en sus dos alcaldías y en su aspiraciones al tercer mandado, pese a ser consciente que era un candidato gastado por sus dos administraciones anteriores, además, a nombre del liberalismo fue también congresista y todos los puestos públicos que ha desempeñado contó con el respaldo de ese partido, especialmente con el apoyo de Mauricio Jaramillo.

Ahora, sin poder gubernamental para repartir puestos y entregar contratos no se sabe qué suerte corra; lo cierto es que los 27 mil votos de Ibagué que dice tener, falta que lo de muestre, pues de ellos, la mayoría absuelta eran de militantes disciplinados liberales y jaramillistas, entre ellos, el de Olga Beatriz González y sus seguidores, hoy candidata al Senado por el liberalismo, que fue su Jefe de Campaña y además colaboró financieramente con ella. (Pueden ver: Hacia rato estaba cantado el retiro de 'Rubencho' del liberalismo)

Las volteretas en política de 'Rubencho' son características. En los últimos meses y antes de definirse por CR, es decir antes del contrato, le hizo coquitos a la U con el parlamentario Carlos Edward Osorio y al movimiento conservador del gobernador Óscar Barreto.

Aún falta mucho tiempo para las elecciones al congreso de marzo de 2018, y en política son comunes las volteretas.  Por el momento, Rubén Darío Rodríguez Góngora, está asegurado hasta finalizar año con CR, según reza el contrato, pero después pueden surgir mejores propuestas. Nada se sabe. Nada está dicho hasta que no se cuente el último voto y se sepa realmente cuántos tiene Rubén Darío Rodríguez Góngora.