En medio del abandono estatal y la inseguridad, la comunidad educativa del colegio José Joaquín Flores Hernández, sede San Francisco Club, en la Comuna 9, lanza un llamado urgente a la Secretaría de Educación Municipal y a la Alcaldía para que atiendan la crítica situación que atraviesa la institución.

En los últimos cinco años, el plantel ha sido víctima de ocho robos, el más reciente ocurrido el domingo 27 de julio, cuando los delincuentes ingresaron por el techo, rompieron tejas y se llevaron una cabina de sonido adquirida por las docentes con fondos recolectados en actividades escolares. Además, destruyeron puertas, rejas, se robaron cámaras de seguridad, tumbaron la alarma y causaron graves daños a la infraestructura.

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Anteriormente, los ladrones ya habían vaciado la sala de informática, llevándose computadores, tablets y equipos habilitadores. También saquearon la sala de preescolar, de donde sustrajeron todo el material didáctico, el televisor, el aire acondicionado y dañaron por completo el espacio. En otra ocasión, accedieron a los salones y robaron juegos, libros y herramientas pedagógicas de alto valor formativo.

Exige medidas de protección urgentes

Según las docentes, en la mañana de este lunes encontraron los destrozos y el vigilante del colegio les aseguró que los hechos habrían ocurrido en horas del día, ya que su jornada es exclusivamente nocturna. Las autoridades hicieron presencia en el lugar durante las primeras horas de la mañana para hacer el levantamiento del reporte e inspeccionar los daños.

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El equipo docente exige medidas de protección urgentes, pues, además de la inseguridad, la institución enfrenta un grave deterioro estructural: la sede cuenta con más de 50 años de antigüedad, y recientemente se ha visto afectada por un incendio ocurrido en La Comarca, un salón de eventos vecino. La pared colindante, que resultó afectada por las llamas amenaza con colapsar, representando un peligro para toda la comunidad académica.  

Docentes y padres de familia piden que la Secretaría de Educación y la Alcaldía actúen de inmediato para evitar una tragedia y garantizar el derecho a una educación digna y segura para los cientos de estudiantes del platel educativo, que tienen entre 5 y 12 años.