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¿Qué es la programación neuro-lingüística?

¿Qué es la programación neuro-lingüística?

Por Juan Bautista Pasten G.

El párrafo introductorio muestra y hace patente el afán incesante de las personas por avanzar y evolucionar en todos los aspectos. La ciencia, el arte y la filosofía descubren, día a día, elementos que favorecen la comprensión, el accionar efectivo y el potenciamiento interior para el logro de tan trascendente objetivo.

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Por lo pronto, en esta oportunidad, examinaremos una de las instancias contemporáneas para intentan concretar este anhelo atávico. En la actualidad, ha cobrado bastante interés el conocimiento y la aplicación de la llamada Programación Neuro-lingüística – de sigla PNL -, la cual se utiliza en diversos ámbitos, tanto académicos como laborales, por ejemplo, en universidades, en gestión y dirección de equipos de trabajo, en clubes deportivos, en el campo de la medicina, entre otras áreas.

¿Qué es esto de la PNL? ¿En qué consiste? ¿Para qué sirve?

En términos sintéticos, la neurolingüística aborda la relación existente entre el lenguaje y los estados de ánimo, es decir, la activación positiva del cerebro humano mediante la adecuada comunicación del lenguaje, en cuanto instancia efectiva de interrelación entre las personas. Esta propuesta se centra en el comportamiento, con el fin de facilitar y favorecer, en los individuos, el desarrollo de habilidades y aptitudes. Además, esta teoría señala y propone la posibilidad de “programarnos” mediante el uso adecuado de las palabras, las ideas y los sentimientos, para convertirnos en sujetos más eficaces, más ingeniosos e idóneos para asumir roles protagónicos en la sociedad.

Ahora bien, la Programación Neurolingüística fue creada por los estadounidenses John Grinder y Richard Bandler a comienzos del año 1970. El primero era profesor asistente de lingüística, el segundo, estudiante de psicología.

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Ciertamente, los medios, las técnicas y los objetivos de la PNL son interesantes y atractivos para muchas personas del presente. En efecto, tiene como beneficios: a) ampliar el conocimiento de la capacidad cerebral de cada persona, b) mejorar la comunicación y las relaciones humanas, c) potenciar las aptitudes y habilidades personales, d) fortalecer la autoestima y la resiliencia, junto con propiciar un sentido optimista de la vida.

La PNL apunta, también, a la concreción de los ideales y pensamientos sublimes de los grandes pensadores de la historia de la humanidad, en el sentido de formar sujetos en permanente proceso de evolución y trascendencia.

 En efecto, la PNL aporta y revitaliza herramientas – físicas, emocionales, mentales y espirituales – que posibilitan el crecimiento de la humanidad en su conjunto. En este contexto, podemos reconstruir y activar, auténticamente, factores como los siguientes: fe (la confianza en sí mismo), la pasión (la fuerza anímica), la claridad de los valores (asumiéndolos en la existencia cotidiana), el poder (la energía substancial), y la inteligencia (la sapiencia y la maestría). Todos estos aspectos darán lugar – más temprano que tarde – a seres humanos íntegros, gozosos y buenos.

En resumen, podemos señalar que si bien la PNL no constituye la panacea ni la actividad humana por excelencia (nada humano lo es),  sí nos entrega instrumentos que instan y motivan hacia el logro de personas y comunidades mejores.

Por consiguiente, es menester destacar la importancia y el poder del lenguaje significativo, pues, ya no basta con pensar en el triunfo, sino que tenemos que vernos como triunfadores, sentirnos triunfadores y expresarnos como triunfadores. En definitiva, ¡todos somos seres ganadores!

No te conformes a este tiempo, sino transfórmate mediante la renovación de tu entendimiento y comprobarás la voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Pablo de Tarso.

*Docencia e investigación en filosofía

Universidad de Chile

 

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