Mañana en la noche llega Papá Noel, o el niño Dios o los Reyes Magos, según las preferencias de cada hogar, y los niños esperan con ansias encontrar su regalo debajo del árbol de Navidad. Todos piensan que se han portado bien durante todo el año, pasando el año, no diciendo groserías, obedecieron a sus padres y, como premio, tendrán su obsequio prometido.

Muchos padres aún utilizan la figura de Papá Noel para amenazar a sus hijos: "Si te portas mal Papá Noel no te va a traer nada", "El Niño Dios se pone a llorar cada vez que dices una grosería". Una leyenda navideña dice que los niños malos reciben un pedazo de carbón como regalo. Sin embargo, ese tipo de amenazas podría ser contraproducente para el desarrollo emocional de los menores.

La pregunta normal que se les hace a los niños por estas fechas es qué están pidiendo de Navidad y si se portaron bien. La intensión de muchos padres es que los niños realicen un balance de su comportamiento durante el transcurso del año y que se pregunten a sí mismos si son merecedores de un premio o no. Eso ayuda a que los niños realicen un balance de sus comportamientos y a que vayan interiorizando que las malas acciones traen consecuencias.

Por lo anterior no habría problema. Los niños aprenden a hacerse responsables de sus actos. Pero por otro lado la amenaza puede tornar a los niños miedosos al no discernir si lo que hacen en su día a día es malo o bueno. 

El primer problema sería que difícilmente unos padres de familia dejan a sus hijos sin regalos de navidad. Asustan, pero no cumplen su amenaza por pesar a que sus hijos no tengan regalos que mostrar a sus amigos. Eso haría que un niño que se evalúe a sí mismo como malo vea que, a pesar de que se considera malo, recibió regalos. Eso introduciría a su cosmovisión la idea de la impunidad y de que se puede mentir u ocultar cosas malas.

Otro problema es el utilizar figuras de la cultura popular, como Papá Noel y en Niño Dios, asociados al amor y a la generosidad y convertirlos es seres estrictos y vengativos. Cuando los padres vuelven a esas figuras amorosas en una forma de chantaje demuestran falta de autoridad al depositar la responsabilidad del castigo en otros. 

Finalmente el mensaje subterráneo que se da a los hijos es el de: "Pórtate bien por miedo", no por principios o por valores que se deben inculcar en la familia y la escuela. La idea de que si se portan mal vendrá un espía (Papá Noel, el Niño Dios) los castigará los hará sentir temerosos y poco seguros en sí mismos.

Los regalos son regalos, no tratos ni pagos que se deban dar. El regalo de Navidad debe transmitir generosidad y amor hacia la familia, o de lo contrario los niños crecerán sintiendo que con la Navidad llega un examen que deben pasar para sentir la alegría de recibir un regalo. Y esos hijos seguirán trasmitiendo esas ideas equivocadas a sus hijos y así se perpetuará valores equivocados en estas épocas de unión familiar y paz.