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¿Por qué no se consiguen empleados en Ibagué?

¿Por qué no se consiguen empleados en Ibagué?

Por Óscar Viña Pardo


El director de la Cámara de Comercio de Ibagué, Carlos Hernando Enciso, expuso esta semana una realidad preocupante en sus declaraciones a los medios locales. Según Enciso, "he hablado con empresarios de diversos sectores de la ciudad —gastronomía, turismo, textil y confección—, quienes me han comentado que no encuentran personas para trabajar. Tienen varias vacantes, los candidatos llegan a las entrevistas, pero finalmente no aceptan los empleos".

Enciso agregó: "Estamos revisando qué ocurre. Puede ser un tema de pertinencia laboral o quizá un problema de actitud, especialmente entre los jóvenes. Los sectores más afectados son la gastronomía, el turismo y el textil".

El Banco de la República, en uno de sus informes, señala que hasta el año 2000 el desempleo en Ibagué era similar al de otras ciudades colombianas. Sin embargo, a partir de ese año, la ciudad comenzó a exhibir tasas más altas y persistentes de desempleo. El documento destaca que la mayor participación laboral de la ciudad no ha sido la causa, sino un síntoma de la depresión económica prolongada. La alta informalidad laboral, los bajos ingresos y la pobreza han caracterizado la economía local, y no se pueden solucionar con medidas aisladas. Para reducir el desempleo, modernizar el empleo y elevar la productividad, es necesaria la movilización de las fuerzas sociales locales, con el respaldo del gobierno nacional. El desarrollo futuro, impulsado por los acuerdos de libre comercio, requiere afinar las prioridades de la "Agenda Interna" tanto para Tolima como para Ibagué.

Veinticinco años después de ese análisis, la situación en Ibagué sigue reflejando una “depresión social” de la que aún no se ha encontrado una salida. 

Según el informe de “Ibagué Cómo Vamos” para 2022, el ingreso medio de un ibaguereño fue inferior al salario mínimo, lo que obliga a los miembros de los hogares a buscar empleo de manera continua, presionando así el mercado laboral y generando inestabilidad. Además, el informe sobre calidad de vida indica que aproximadamente el 45% de la población depende económicamente de personas en edad productiva, de entre 15 y 64 años.

Al analizar la oferta educativa frente a las necesidades empresariales, se observa que las instituciones de educación superior no responden a la vocación económica de la región. La mayoría de los programas universitarios están orientados a las ciencias sociales, mientras que el 83.8% de las empresas registradas en la Cámara de Comercio de Ibagué —un total de 23,750 al corte de 2023— se dedican al comercio y los servicios. Este desajuste también refleja el alto nivel de empleo informal en la ciudad.

A pesar de esto, se destacan avances como la apertura de la carrera de Gastronomía en la Universidad del Tolima y el programa de Inteligencia Artificial en la Universidad de Ibagué, lo que demuestra que si se leen correctamente las necesidades de la región, todos podrían beneficiarse a mediano plazo.

Sin embargo, el problema estructural requiere una reingeniería completa desde los gobiernos local y departamental. Si bien existen esfuerzos desde diversas dependencias, como las Secretarías de Desarrollo, Mujer y Turismo, es fundamental involucrar más a la Secretaría de Educación desde la primera infancia. Los ciclos de pobreza se originan en la cultura y el entorno, áreas en las que Ibagué está rezagada en comparación con regiones como el Eje Cafetero o los Llanos Orientales, donde ya se habla de "inteligencia ejecutiva".

El más reciente estudio de competitividad liderado por la Universidad del Rosario, que evalúa a las 32 ciudades capitales en factores como capital humano, eficiencia de los mercados y ecosistema innovador, muestra un retroceso para Ibagué, que pasó del puesto 9 al 11 en el ranking. Este retroceso refleja cómo los gobernantes, preocupados por fortalecer sus grupos políticos, han abandonado las políticas públicas, limitando el avance de la ciudad, a pesar de pequeñas victorias comunicativas que intentan proyectar una imagen de progreso.

La inteligencia artificial sugiere que, para crear una cultura de emprendimiento en Ibagué, se necesita una estrategia integral que involucre al gobierno, las universidades y los empresarios para transformar las dinámicas económicas y sociales de la región.

1. Fomentar una mentalidad de emprendimiento desde la educación básica. Es fundamental que el emprendimiento se incluya en los programas escolares desde edades tempranas. A través de actividades que desarrollen la creatividad, el pensamiento crítico y la capacidad de resolución de problemas, los estudiantes pueden empezar a ver el emprendimiento no solo como una opción, sino como una vía natural para el desarrollo profesional y personal.

2. Crear alianzas entre empresas y universidades para mejorar la pertinencia de la educación. Una de las principales quejas en Ibagué es la falta de programas universitarios que respondan a las necesidades del mercado local. Establecer alianzas estratégicas entre empresas y universidades permitirá diseñar programas académicos que estén alineados con las demandas del comercio y los servicios, sectores clave de la ciudad. Celebro que la universidad de Ibagué expanda el horizonte de practicas para sus estudiantes a ciudades no PDET    , eso es un hito que permitiá en un mediqano plazo resultados en temas como competitividsd, innovación y empleabilidad. 

3. Incentivar el emprendimiento a través de políticas públicas. El gobierno local debe facilitar la creación de empresas mediante la reducción de trámites burocráticos, la implementación de incentivos fiscales y la creación de fondos para emprendimientos. Estas políticas ayudarían a que más personas se animen a crear sus propios negocios, en lugar de esperar empleos que pueden no estar disponibles. Aunque más del 85% de las empresas de Ibagué son personal naturales, el reto está en la creación de medianas y grandes empresas.

4. Promover incubadoras y aceleradoras de empresas locales. Las incubadoras y aceleradoras son una herramienta crucial para apoyar a los emprendedores en las etapas iniciales de sus proyectos. Ofrecer espacios físicos, asesoría, y acceso a inversionistas locales e internacionales es clave para que los emprendedores locales puedan desarrollar sus ideas en un entorno seguro y de apoyo. En el negocio del café, cacao y aguacate has encontramos ejemplos positivos para el Tolima. Pero nuestra vocación a parte del agro es servicios.

5. Crear una red de mentores y ejemplos de éxito local. Uno de los principales retos de fomentar una cultura de emprendimiento es la falta de ejemplos locales que puedan inspirar a otros. Crear una red de empresarios exitosos que sirvan de mentores puede mostrarle a la comunidad que es posible prosperar desde Ibagué. Además, estos mentores pueden ofrecer orientación y ayudar a evitar los errores comunes que enfrentan los nuevos emprendedores.

6. Desarrollar una identidad local alrededor del comercio y el servicio. La vocación de Ibagué está marcada por el comercio y los servicios, pero no se ha capitalizado lo suficiente en esto. Crear una identidad fuerte en torno a estos sectores, promoviendo productos y servicios locales, puede ayudar a retener el talento y las empresas. Es necesario promover el "consumo local" y el orgullo por lo que se produce en la ciudad. Debo resaltar los eventos deportivos y culturales que se han realizado, pero nos quedamos cortos en materia de atención, por ende perdemos en el ingreso para los micro empresarios. 

7. Evitar la fuga de empresarios a otras ciudades. Uno de los grandes desafíos es mantener a los empresarios en Ibagué. Para ello, es clave ofrecerles condiciones atractivas, tanto económicas como sociales, que incluyan acceso a financiamiento, programas de desarrollo empresarial y apoyo a través de redes comerciales. Al mejorar el ecosistema emprendedor, se logrará que menos empresarios sientan la necesidad de mudarse a ciudades más grandes. No podemos darnos el lujo de perder empresas que generan por ejemplo 240 empleos directos. Ya nos pasó con Fibratolima y otras más y empezó a ser parte del imaginario que no nos merecemos ser una ciudad semi industrial. 

8. Generar una cultura de colaboración entre empresarios y trabajadores. En una ciudad donde el trabajo puede no ser siempre valorado, es crucial fomentar una cultura de colaboración y respeto mutuo entre empresarios y empleados. Esto incluye capacitación continua, programas de bienestar laboral y una comunicación abierta que motive a los empleados a contribuir activamente al éxito de la empresa.

Este enfoque puede ayudar a transformar a Ibagué en un hub regional de emprendimiento, donde las empresas no solo florezcan, sino que además atraigan y retengan talento, creando un círculo virtuoso de desarrollo.

Y la última apuesta puede ser una utopía. Los gobernantes deben primero pensar en que la vaya bien a la ciudad y no a ellos. Si le va bien a Ibagué al final el electorado reconoce esas determinaciones en pro de mejorar la calidad de vida de los nuestros.

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