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Nueva norma nacional para reducir vulnerabilidad de la vivienda informal
El Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio adoptó el Documento Técnico AIS 410-23, el primero de su clase en Colombia que se convierte en una norma nacional para reducir la vulnerabilidad estructural de las viviendas de origen informal.
Para Nancy Torres Castellanos, profesora de la Escuela Colombiana de Ingeniería, quien forma parte de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sísmica y es miembro del Comité AIS 400 y del subcomité que desarrolló el documento AIS 410, “este abre las puertas para que el país pueda avanzar mucho más rápido hacia el mejoramiento estructural de viviendas informales en todos los municipios colombianos, ya que define las especificaciones técnicas necesarias para evaluar y reducir la vulnerabilidad sísmica de viviendas de mampostería, que han sido y seguirán siendo construidas de manera informal en el país”.
Por su parte, Fabián Lamus Báez, también miembro de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sísmica, líder del Comité AIS 400 de Vulnerabilidad Sísmica y Evaluación de Daños y profesor de cátedra de la universidad, explica que lo que busca la norma es que cualquier ciudadano pueda acceder al reforzamiento de su vivienda con una baja inversión, lo que le permitiría mitigar de alguna forma esa vulnerabilidad sin tener que “volver a hacerla”; eso sí, se requiere la participación de un profesional de ingeniería civil que pueda aplicar adecuadamente la nueva norma.
Lamus explica: “La construcción de vivienda en Colombia está regida por el Reglamento Colombiano de Construcción Sismorresistente, NSR-10, lo que implica que, para construir cualquier edificación, además de requerirse una licencia de construcción, es necesario cumplir con toda una serie de normas técnicas. En el caso de los edificios construidos antes de la existencia del reglamento vigente y que pueden requerir un reforzamiento por vulnerabilidad ante los sismos, también se debe seguir un procedimiento, de acuerdo con dicho reglamento”.
Según él, lo que pasa en Colombia, Suramérica y muchas partes del mundo es que una gran cantidad de edificaciones, en su mayoría viviendas, han sido construidas sin ninguna normativa, incluso, sin la intervención de un arquitecto, un ingeniero o un profesional de construcciones. En muchos casos son obras de autoconstrucción, lo que se denomina edificación informal. “La gente compra ladrillos, cemento y arena y construye la casa y con el paso del tiempo va realizando ampliaciones sin tomar en cuenta sus implicaciones en el comportamiento estructural”.
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“Esas edificaciones –explica– son altamente vulnerables ante un sismo y en muchos casos, si se tratara de hacer un reforzamiento siguiendo las pautas del reglamento, saldría más económico derrumbar la casa y volverla a construir”. Lo que se pretende hacer con la nueva norma es contar con un procedimiento alternativo al general del Reglamento; para facilitar que más personas refuercen sus viviendas y así reducir la vulnerabilidad.
“Fue un trabajo arduo de varios años del Comité AIS 400, del Subcomité de Vulnerabilidad en Vivienda Informal del AIS y de Build Change, en el que se tomó como base el Manual de evaluación y reforzamiento sísmico para reducción de vulnerabilidad en viviendas de Build Change (2015), se incluyeron experiencias de aplicación y resultados de ensayos y análisis realizados en las universidades Eafit, Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito y Militar Nueva Granada, interesadas en brindarle al país una herramienta técnica de uso público para la evaluación y reducción de vulnerabilidad estructural de viviendas informales”.
En la redacción del documento AIS 410 participaron los Ingenieros Anna Pavan, Yenifer Valero, Claudia Murillo y Sofía Andrade por Build Change, así como ingenieros dedicados a la evaluación y reforzamiento de estructuras y a la academia como Sandra Jerez, Nancy Torres, Carlos Riveros, José Joaquín Álvarez, Carlos Ruíz, Jairo Upegui, Julián Carrillo, Juan Carlos Herrera, Andrés Ramírez y Fabián Lamus.
Nancy Torres Castellanos, profesora de la Escuela Colombiana de Ingeniería, quien forma parte de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sísmica
Panorama desalentador
“El documento, convertido en norma nacional, llega en un momento en el que la atención de la ciudadanía y su percepción en el país se ha enfocado en los continuos sismos de diferentes magnitudes que se han registrado”, indica la ingeniera civil Sandra Rocío Jerez Barbosa, magíster en Georriesgos y en Estructuras y doctora en Ingeniería Civil, profesora de la Escuela Colombiana de Ingeniería, miembro de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sísmica y del comité AIS-400 y quien también participó en la elaboración del documento . Asegura que las cifras y porcentajes que se conocen de las viviendas informales en Colombia son preocupantes y muestran un panorama desalentador en cuanto a la seguridad estructural.
De hecho, en el marco del Modelo Nacional de Riesgo Sísmico, liderado por el Servicio Geológico Colombiano y ACOFI, los modelos de exposición sísmica de capitales de departamentos en los que participó la Escuela junto con numerosas universidades del país, muestran que, en la mayoría del territorio predominan sistemas de mampostería parcialmente confinada y mampostería no reforzada, que presentan una alta vulnerabilidad y por lo tanto, una alta propensión al daño frente a eventos sísmicos de intensidad moderada a alta.
Y es que según un boletín de Build Change, empresa social internacional, sin ánimo de lucro, fundada en 2004, cuya misión es reducir la cantidad de muertes, daños y pérdidas económicas producidas por el colapso de viviendas y escuelas debido a terremotos, huracanes y otros tipos desastres naturales, se estima que alrededor del 65 % de las viviendas colombianas no tienen un sistema estructural adecuado para resistir un terremoto.
“Esto reitera la importancia del Documento Técnico AIS 410-23 para reducir muertes, daños y pérdidas económicas causadas por desastres en Colombia”, dice en un comunicado Manuela Pinilla Rodríguez, directora para Colombia de Build Change.
“Por fin, con esta norma las personas de escasos recursos pueden tener acceso a vivienda más segura. En el gobierno anterior se había creado un programa para hacer intervención de las viviendas informales existentes que tenía dos fases: una enfocada en un tipo de remodelación que terminaba proporcionando enchapes, acabados o afectando el acueducto o el alcantarillado, sin hacerse un cambio estructural. La segunda fase estaba enfocada en hacer intervenciones estructurales de la edificación, pero su aplicación no era posible puesto que en la mayoría de casos implicaba incurrir en mayores costos de los de demoler y reconstruir.
El gobierno actual muestra la intención de seguir interviniendo viviendas en condiciones estructurales inadecuadas. Así que el gran logro es que, en este momento, por fin se cuenta con una alternativa técnica y legal para que, incluso el gobierno pueda asignar subsidios que les faciliten a esas personas acceder a una intervención estructural de sus viviendas para reducir la vulnerabilidad”, afirma Lamus Báez.
Vivienda en riesgo
El Instituto de Gestión de Riesgo y Cambio Climático (Idiger) realizó en 2018 un estudio según el cual en la capital del país el 75 % de las viviendas de la ciudad fueron construidas con sistemas estructurales que no cumplen con los requisitos estipulados en la normativa.
En otras ciudades, el escenario es muy similar: el Modelo Global de Terremotos estimó que el 61 % de las edificaciones de vivienda existentes en el departamento de Antioquia están construidas sin cumplir la norma sismorresistente. En Cali, más del 70 % de las viviendas son vulnerables, y en otros municipios del área metropolitana se llega al 80 %.
“Este es un sueño hecho realidad y con él se consolida el trabajo del cofundador de la Escuela, Luis Guillermo Aycardi, quien promovió las primeras investigaciones en el país para evaluar sistemas de reforzamiento asequibles para familias de bajos recursos que les permitiera contar con una vivienda digna y segura”, indica la ingeniera Nancy Torres Castellanos.
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