Después de 60 años, es la primera vez que cohartan a la comunidad universitaria de ejercer la democracia, derecho que ha sido defendido a cabalidad y promovido a lo largo de los años en la institución pública y la academia.

Pero, ¿qué hay detrás de esta decisión inédita, que fue votada por la mayoría de consejeros en la última sesión del Superior?

Varios sectores la han criticado vehemente. Algunos consideran que acabar con la democracia de la institución es una estrategia del rector encargado para poder ser elegido en propiedad durante los próximos tres años. Además, al quitarle la potestad nominadora a los decanos, -que ya no podrán elegir a sus directores de programa- Mejía realizará nombramientos a dedo en beneficio de sus intereses políticos, que han sido vinculados con el 'barretismo', estructura partidista que se posa al frente de la universidad.

"Ese cuentico de que hay que quitarle potestad nominadora a los decanos es para eso, para clientelizar concentrar la dedocracia y el tráfico de influencias a nombre del rector y desde luego, en este caso en nombre del gobernador. Nos robaron la democracia.", manifiesta el líder sindical, Ever Tique.

A pesar de los hechos, ha sorprendido el ausentismo de los sindicatos y huelguistas, que tanto han defendido la autonomía universitaria y que en meses pasados se encadenaron a las afueras de la campus universitario aguantando hambre, exigiendo la renuncia del anterior rector José Herman Muñoz.

Otros sectores universitarios, consideran que el rector encargado, está concentrando en él todos los poderes en una centralización extrema, para quedarse a como dé lugar del poder.

El CRONISTA.CO, conoció que el decano de la Facultad de Educación, Andrés Felipe Velásquez, confrontó hace algunas semanas a Mejía y le preguntó si era cierto que pensaba llevar al Consejo Superior un proyecto para quitarle a los decanos la potestad de nombrar los directores de Programa y secretario Académico. Mejía, respondió con ofensas y trató de chismoso y mentiroso al decano que lanzó la pregunta, que sin duda lo incomodó y no estaba tan alejada de realidad, pues se hizo efectiva en la última sesión del Consejo Superior.

Ahora lo que muchos se preguntan es: ¿Dónde están los movimientos universitarios que tanto defienden la autonomía universitaria?; ¿Dónde están los huelguistas que defienden la democracia que caracteriza a la instituciones públicas del país?; ¿Dónde están los estudiantes, profesores y empleados que elevan su voz de protesta por el clientelismo al cual está sometiendo el Consejo Superior y rector, a la herida UT?

Así las cosas, todo está servido para que el rector encargado nombre a quien más le convenga y llegar por el camino expedito al nombramiento en propiedad. Que Dios ampare a la Universidad del Tolima.