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Los doce apóstoles y la catedral cultural del sur de Ibagué

Los doce apóstoles y la catedral cultural del sur de Ibagué

 

Por: Víctor Sánchez

Mientras este país todos los días se despierta con la  noticia de un nuevo  concierto criminal   para delinquir y defalcar al Estado, en una de las zonas más olvidadas de Ibagué como son los barrios del sur de la ciudad, un sector localizado  entre la  variante de la vía a Armenia  y el río Combeima;  un grupo de personas, líderes  comunales, artistas y gestores culturales, hacen una alianza para exaltar el arte y la cultura popular. Por supuesto los titulares de prensa no  los registra.

Han convertido un destartalado centro de salud, que aún soporta una antigua placa cuando Germán y Tita de Huertas, gobernaban el Tolima; hoy  transformado con apoyo de la Alcaldía de Ibagué, en una formidable Casa  Cultural del Sur.

Este grupo de apóstoles  cargan la cruz del arte y de la cultura, con el deseo de redimir  en este mundo las penas de los niños, niñas, jóvenes y adultos mayores, mediante la práctica y la experimentación de  expresiones  artísticas, con el encuentro  afortunado  y alegre que propicia la cultura popular.

Por primera vez en el registro de las visitas de los funcionarios de la Alcaldía al sector, no se pide tapar el hueco, ni destapar la alcantarilla, ni arreglar un poste, ni un puestico “pa’ mija” , ni un contratico para mis amigotes. Piden CULTURA, piden instrumentos para sus músicas, telas para la escenografía de sus montajes de títeres y de teatro, libros para encontrar el conocimiento y estimular la imaginación, zancos para los jóvenes cirqueros, un maquillaje para los mimos, piden financiación para para compartir sus obras y montajes, con sus conciudadanos.

Este proceso fruto de la Mesa Cultural del Sur, que  integraron  desde el año pasado, no empezó esta mañana. Joseph Urrego  un reconocido artista plástico  y titiritero, se amañó en Ibagué y ha desarrollado su labor también  como instructor por más de treinta años acompañado por sus vecinos del barrio La Martinica; Nanky Castro recuerda que va a cumplir 28 años  cuando con un par de gemelos y otros jóvenes del barrio crearon el grupo de teatro “El Juete “, un  colectivo que con sus juegos teatrales y sus zancos le ha dado la vuelta a los municipios del Tolima llevando sus montajes de teatro callejero.

A Mauricio Rodríguez, otro apóstol del rap y del hip hop, lo encontramos hace más de quince años huyendo de la policía que les perseguía por ensayar sus  bailes y sus líricas en la calle con un parche de jóvenes  del barrio el Refugio. Hoy la “Esquina del Barrio”, uno de los  cinco colectivos que integra esta alianza, es invitado a compartir tarima con artistas tan reconocidos  como  Santiago Cruz y  Herencia de Timbiquí, en los conciertos programados por la Alcaldía de Ibagué.

Esta Casa Cultural del Sur inicia sus actividades en marzo de 2017, ofrece talleres permanentes  para toda la comunidad de vecinos que apagan el televisor  y  llegan a esta “catedral” a capacitarse en emprendimiento comunitario, en graffiti, instrumentación musical y vocal, en danza urbana, dibujo y artes plásticas, literatura, teatro. Cada colectivo tiene su salón de ensayos y reuniones, no solo para niños y jóvenes, sino también los adultos mayores se reúnen  allí para los ensayos de música tradicional y folclórica, y un nutrido grupo de émulos de reconocidos  artistas populares, tiene su sede para brindar sus servicios profesionales como artistas para eventos y reuniones.

Tienen  una virtud, no llegaron al sector como fruto de una reflexión académica  del  compromiso  del arte con  las comunidades  marginales y excluidas, son  hijos de aquí, y por eso reciben la solidaridad de sus vecinos quienes  han ayudado en campañas con las dotación  de sillas, mesas, objetos y materiales; dirigentes comunales como la presidenta de la Junta de Acción Comunal del  barrio Kenedy,  Azucena  Rodriguez, se  suman a esta tarea de  apropiar un espacio abandonado y de  unir esfuerzos y voluntades, acercar a los artistas y elaborar un proyecto común, una agenda participativa territorial  que sin olvidar las necesidades primarias, reivindique el arte y la cultura como fundamento de construcción de ciudad y ciudadanía.

 

Hoy esta iniciativa se consolida, pese a todos los factores negativos del entorno, es un movimiento cultural y social, ejemplo de que se puede recuperar la esperanza en la cogestión comunitaria y la ayuda mutua  sin esperar que el Estado con sus funcionarios paquidérmicos  se acuerde de ellos.

Organizan fiestas , bazares , encuentros y desde hace tres años  se han sumado a las convocatorias del  Comité Ambiental  y  organizan  uno de los puntos de salida que tributan a la gran Marcha Carnaval en defensa de la vida, el  agua y el territorio. Evento que se ha convertido en el más concurrido de las  movilizaciones  sociales de esta región del centro del país. Ahí van, todos los días, con su misión, construyendo paso a paso, ladrillo a ladrillo una catedral,  para rendirle culto a la cultura en los barrios del sur de Ibagué.

 

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