Las verdaderas victimas de esta tragedia son los agricultores del municipio de Rovira, en especial de las veredas de Puente Hierro, La Plata, Monte Bello, La Tigrera, Altamira, Santa Ana, Rincón Placer y La Planada, donde llegaron los fertilizantes contratados por la administración local a la firma Agrosuministros de Colombia S.A.S. del contratista José Andrés Castañeda. 

El caso ahora está ya en manos de la Fiscalía General de la Nación e incluye a otro protagonista en la historia, la gobernación del Tolima, que a través de la secretaria de Agricultura y luego de declarada la emergencia realizó una subasta invertida, dando como ganador a la misma compañía.

De estos dos contratos, uno llegó a feliz término, el de la alcaldía. El otro, a pesar del supervisor haber recibido los insumos y pagado los mismos, tuvo que hacer una devolución del dinero porque no cumplia con  las especificaciones técnicas sugeridas dentro del proceso licitatorio y que tenia que ver con los componentes de los abonos entregados 15% de nitrógeno, 15% de fósforo y 15% de potasio.

La revisión final dio como resultado final que los bultos de abono entregados tenían solamente 2, 3 y 4% de cada uno de los elementos informó a medios de comunicación el exsecretario de Desarrollo Agropecuario, Juan Rodrigo Alvarado. estos resultados son los mismos que obtuvo el ICA ya con el producto comprado por la alcaldía. 

Los agricultores seguirán sin el producto y rendimiento en sus cosechas, mientras en los estrados judiciales se aclara el papel u responsabilidad de cada uno de los actores en este proceso contractual que se realizó tanto en la gobernación como en la alcaldía.