La bandera roja desde la antigüedad flamea como símbolo de libertad, de luchas sociales y populares.

 La narrativa histórica dice que el primero que la utilizó fue Espartaco, pero fue en la Revolución Francesa y la Comuna de París donde se oficializó como emblema del cambio y la transformación. 

Aunque también se puede decir, que fue y ha sido utilizada, en algunas ocasiones, por grupos de extrema derecha como color de terror y violencia. 

No obstante, después de 1852, el socialismo se vistió de rojo y en 1866, “la bandera roja reaparecía oficialmente en el congreso inaugural de la Internacional Socialista, y en 1871 se convertía en símbolo de la Comuna y ondeó en la fachada del Ayuntamiento de París. El periódico Le Père Duchêne exclamó entonces: "¡La bandera roja! La bandera de la República como la quiere el pueblo", dice el portal de Historia de la National Geographic.
 
En la Segunda Guerra Mundial, diversos movimientos de liberación y antinazis, utilizaron las banderas rojas como estandartes de lucha y libertad frente al terror y la opresión fascista, nazista y franquista. Esta divisa ha estado presente en las luchas históricas de partidos políticos de avanzada, donde los verdaderos liberales no han estado ausentes, por el contrario,  han formado parte de esos movimientos y de la historia de los pueblos. 

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Estos son los antecedentes del maltratado “trapo rojo”, que aún vive y que se muestra erguido en las últimas manifestaciones que ha realizado Gustavo Petro, en varias capitales de departamentos en la Costa Caribe, Pasto, Popayán, entre otras ciudades. 

Entonces nos preguntamos ¿qué significado tiene la numerosa agitación de banderas rojas en estas concentraciones? Pues nada menos que el deslizamiento de vastos sectores del liberalismo  hacía las filas del Pacto Histórico, cuyo líder visible es Petro. 

Este movimiento de banderas rojas en las manifestaciones petristas es un mensaje claro a la dirección nacional del ese partido ejercida hegemónicamente por el expresidente César Gaviria, quien a toda costa, por encima de los Estatutos del partido quiere imponer a Alejandro Gaviria. 

En nota anterior dimos cuenta del deslizamiento de sectores liberales del Tolima rumbo a la Colombia Humana, cosa que se ha hecho reiterativa en otras regiones del país, al sentirse representado en el ideario y los programas de corte Liberal que está exponiendo el líder de la Colombia Humana en la plaza pública. 

Petro no está usurpando nada al partido Liberal, se ha encontrado con unos principios abandonados por su dirigencia y los ha sabido canalizar, los ha sabido interpretar y de ahí que este partido, fundamentalmente en sus bases, se sienta bien  representado en el pensamiento y en la propuesta liberal socialdemócrata y gaitanista que enarbola el Senador de la oposición. 

Además, ser liberal, es partir de un principio de libertad individual donde solo las ideas, los principios y los programas mueven al individuo a tomar las posiciones que considere más acordes a su forma de pensar y de actual. De allí, que el sinnúmero de banderas rojas que ondean en las manifestaciones de Petro, son el pensamiento libre de miles y millones de Liberales dispuestos a continuar la ruta de Uribe Uribe y de Gaitán. 

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Los liberales son irredentos no borregos ni sumisos  como lo menciona la primera estrofa del himno del partido y no son propiedad de nadie.   
   
“Somos liberales
Nuestra voz prolonga
El clamor insomne
De Uribe y Gaitán
Somos el Partido
De un pueblo irredento
Y es nuestra consigna
Libertad y Pan”.
Y su segunda estrofa explica el movimiento de las banderas rojas: 
 
“Vamos compañeros
Tras de la victoria
La bandera roja
Y alto el ideal
Que no hay mayor honra
Que sentirse libre
Ni más grande orgullo
Que ser liberal”.

De tal manera, no se nos haga extraño que Petro reviva ese fervor liberal, y que estas mayorías demostradas en años pasados, vuelvan a la reconquista con un líder, que si bien no es nacido en sus filas, si representa todo su ideario político y programático.