Cada semana uno o más medios señalan la tragedia de conductor una motocicleta por las vías de Colombia. La imprudencia o falta de educación vial se convierten en los dos detonadores de mayor auge al momento de cubrir un accidente de tránsito, y cuando hay Motociclistas, la historia cambia de sentido para las familias que esperan ese ser querido en casa. 

No se trata de estigmatizar a los motociclistas, pero la realidad más allá de la necesidad nos demuestra que en vez de disminuir la accidentalidad y mortalidad en esta población aumenta cada año, convirtiéndose en un problema de salud pública difícil de controlar para alcaldes, gobernadores y ministerio de Transporte. 

“Parecen culebrillas por las calles, no se respetan entre ellos mismos”, dijo Tobías Guerrero, añadió que el exceso de velocidad y a veces hasta el sobre cupo son un problema de todos los días por la avenida que conduce al barrio Jardín Santander en Ibagué, “es que usted llega a ver hasta 4 personas con un perrito encima en la moto es de no creer”, puntualizó.

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En Ibagué en enero de 2024, se registraron ya 10 accidentes fatales con motocicletas, y se prenden de nuevo las alarmas, porque se deben sumar las de resto de municipio del Tolima. Vale la pena resaltar que algunos de los fallecidos no llevaban, por ejemplo, el casco en el momento de la colisión.   

En el Tolima, hasta diciembre del 2023, se registraron más de 320 ciudadanos fallecidos en accidentes de tránsito, siendo más de 190 motociclistas. La cifra sigue siendo preocupante, especialmente en octubre, el mes con el mayor índice de siniestralidad, y los municipios de Guamo, Lérida, Ortega y Flandes lideran en accidentes.

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Algo debe cambiar, en la ley o en la forma como conducen las motos, porque sino, la tragedia de las motos en las calles del país será la nueva pandemia, como desde ya lo señala el informe del International Transport Forum cobra más vidas que la propia guerra.