Como todos los años, por esta época, son comunes los gritos y la vociferación de los vendedores promocionando el pintoresco calendario Bridtol en calles y plazas de mercado de pueblos y ciudades. Este anuario llega a sus 187 años de existencia,  y no solamente se distribuye en Colombia sino en varios países de Latinoamérica.

Este almanaque, ha conservado su color naranja con la silueta del químico y farmacéutico Cyrenius Chapin Bristol, cuya efigie aún ilustra la portada, para promocionar su jarabe tónico de "zarzaparrilla " y divulgar consejos.     

Es una publicación de la empresa Lanman & Kemp-Barclay & Co. Inc de Nueva Jersey, Estados Unidos, para promocionar sus productos de jabonería y perfumería y se publica continuamente desde 1832, siendo muy popular en los países de Latinoamérica y Brasil desde principios del siglo XX, para los cuales la empresa saca ediciones por país o región.

El almanaque pintoresco de Bristol se edita e imprime en Nueva Jersey con cerca de cinco millones de ejemplares que se distribuyen para Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Panamá, Nicaragua, El Salvador, Honduras, México, Brasil, zona del Caribe y en la costa este de los Estados Unidos.

 El Observatorio Naval de los Estados Unidos es el encargado de realizar los estudios sobre predicciones del tiempo, mareas y cálculos astronómicos para cada país en el que se distribuye.

En principio el almanaque fue gratuito, pero también se vende a precios muy bajos e, incluso, ha sido objeto de falsificaciones.

En 1856, fue adquirido por Lanman & Kemp-Barclay la cual a finales del siglo 19 emitió ediciones para la península ibérica y para los países iberoamericanos, en donde pronto se convirtió en objeto de consulta popular para orientar decisiones tales como el momento propicio para la siembra o el momento de salir a pescar.

El almanaque de Bristol por su popularidad fue mencionado por varios escritores hispanoamericanos destacados como parte de lo cotidiano o como referencia y fuente de consulta común de los personajes de novelas y cuentos, como es el caso de Gabriel García Márquez en las novelas "La hojarasca” y "El amor en los tiempos del cólera ", así como en sus memorias "Vivir para contarla". 

Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares también lo mencionan en su obra conjunta publicada con el seudónimo H. Bustos Domecq "Seis problemas para don Isidro Parodi" y lo mismo que Miguel Ángel Asturias en "Mulata de tal", así como el escritor salvadoreño Napoleón Rodríguez Ruiz lo menciona en su novela costumbrista Jaraguá.

La publicación sigue el esquema de las de su género y así en sus dieciséis páginas tiene:

·         Datos astronómicos para cada mes incluyendo fechas de eclipses, fechas de inicio de las estaciones, recomendaciones para la pesca y predicciones climáticas y de mareas, que la publicación asegura son calculadas especialmente para cada país.

·         Datos religiosos cristianos y cómputos eclesiásticos como fechas de las fiestas móviles y el santoral para cada día del año.

·         Datos astrológicos y el horóscopo.

·         También incluye característicamente una tragicomedia gráfica en 8 cuadros, poemas, chistes, frases célebres y datos curiosos.

Puede leer nota relacionada: Historia del almanaque Bristol

El Bristol en Ibagué

Esta reliquia del tiempo es utilizada casi religiosamente por los campesinos de Ibagué, el Tolima y todo el país, que acuden al Bristol como oráculo o libro de consulta donde se guían para sus siembras y cosechas. Este es el Ideam de bolsillo o cabecera de nuestros campesinos.

Esta publicación tan tradicional abunda las calles de la ciudad de Ibagué en donde se vende a dos mil pesos. Cuenta Lili Ardila una mujer de 65 años de edad, que ella cada fin de año lo vende como pan caliente, aunque ahora ha bajado la venta debido al cambio climático que se registra en nuestro departamento y en todo el país.

Quienes aún conservan la tradición de comprarlo son las personas mayores que siguen los consejos y orientaciones que da el almanaque en materia de siembras, corte de cabello y la purga para los niños en menguante.

Ella relata de manera jocosa que la gente cree más en lo que dice este tradicional almanaque en materia de predicciones del tiempo que el Ideam.

Igualmente, relata que durante la fase creciente de la luna no se puede sembrar porque el árbol no da frutos, por lo que es aconsejable hacerlo en menguante. Además, señala que se recomienda cortarles el cabello a las niñas en creciente.

Lo cierto es que pese los avances de la técnica y la tecnología para pronosticar el tiempo, aún en las calles y plazas de Ibagué, cada vendedor del Bristol despacha promedio diarios 30 ejemplares.