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“El Escritor en las Aulas de Clase”: revivir el amor por la escritura

“El Escritor en las Aulas de Clase”: revivir el amor por la escritura

Imagen de referencia. Tomada de internet.

Jhon Faber Lastra y Luís Ángel Cruz, dos escritores y novelistas ibaguereños, hacen parte del proyecto “El Escritor en las Aulas de Clase”, promovido por la Organización Cultural Recreativa, OCR, una compañía dedicada a impartir cultura a nivel nacional y mejorar la lectura en colegios e instituciones en todo el país desde 1998.

Como parte del proyecto e invitados por la Secretaría de Educación del Tolima, los dos ibaguereños visitaron en los últimos días la institución educativa Francisco Hurtado de Venadillo, hablando de la posibilidad de hacer un libro que reuniera los mejores cuentos hechos por estudiantes, docentes y padres de familia del municipio.

Desde el grado Transición a Once, profesores y padres de familia recibieron talleres sobre la construcción de historias, para posteriormente permitirles postular sus cuentos, anécdotas y relatos a lo que sería este importante libro para la comunidad.

Con muchos nervios de por medio, tanto para quienes escribían su primer cuento como para quienes estaban acostumbrados o revivían su pasión por las letras, niños, jóvenes y adultos, se dieron a la tarea de plasmar sus historias sobre el papel.

Diego y la oportunidad de revivir un viejo amor

“—Padre, he matado al tiempo”, probablemente así inició la historia de Diego Duarte Olaya, uno de los estudiantes del Francisco Hurtado que se enfrentó durante cuarenta días, a los tachones, correcciones y asesorías interminables para ganarse un lugar en el libro antológico.

Escuchar su nombre entre los elegidos lo lleno de felicidad y orgullo porque había redescubierto ese amor por la escritura que adquirió desde los 4 años, pero que fue dejando de lado con el paso del tiempo.  

‘Mil vidas antes del olvido’ reunió más que historias, las vivencias propias de la comunidad de Venadillo, quienes pudieron tener en sus manos el libro en físico que para muchos significó una victoria al olvido y una forma de permanecer para la posteridad.

La historia de Diego es similar a la de 30 estudiantes más que participaron en este piloto de proyecto educativo con el que se espera acercar a las comunidades educativas a la lecto-escritura y hacer memoria con historias de territorio que más adelante serán leídas por las nuevas generaciones.

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