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Despedida a Rafael Aguja: un abogado que no encajó en el sistema

Despedida a Rafael Aguja: un abogado que no encajó en el sistema

A los 81años, Rafael Aguja Sanabria, un hombre que nunca olvidó su raza ni sus ancestros indígenas, nacido en Bogotá, pero que tuvo siempre  como patria chica a Coyaima, sur del Tolima, murió sosegado y tranquilo en su residencia en Ibagué, acompañado de sus cuatro hijas y de sus familiares más cercanos. 

Fue un hombre que vivió su vida apegado a sus principios políticos como militante de la izquierda, nunca fue genuflexo, y cuando tuvo que alzar la voz ante sus propios camaradas para discrepar de lo que consideraba incorrecto no le faltó el valor para hacerlo y enfrentar las circunstancias que se vinieran.

Jamás agachó la cabeza ante los poderosos, y su aprendizaje del derecho como los textos marxistas le sirvieron como escuela para luchar por las libertades, especialmente de los débiles y menesterosos.
 Aguja no fue el santo que algunos piensan ni el demonio que otros creen, fue una persona común y corriente, con virtudes y errores, que vivió la vida a su modo, sin esguinces ni hipocresías. Fui su compañero de tragos y de la vida secreta por varios años, pero también de sus luchas sociales y políticas en campañas que lo llevaron a ocupar escaños en corporaciones de elección popular como el concejo de Ibagué y la Asamblea del Tolima; siempre coherente con su ideología de izquierda. Aguja fue un hombre íntegro.

Pese a que tuvo los conocimientos y capacidad para convertirse en un rico abogado, el dinero no fue su debilidad. Ganó lo necesario para llevar una vida digna. Lo buscaban para llevar procesos penales de diversos lugares del país y nunca se le subieron los humos. Hasta su muerte fue fiel a esa humildad y guardó ese calor de pueblo que nunca le faltó. 

Egresado de la facultad de derecho de la Universidad Nacional. El único cargo que desempeñó en la rama judicial fue como juez Penal Militar, y como paradoja, de allí salió a defender a los presos políticos de la época del Frente Nacional, que quedaba como rezago de la hegemonía conservadora que se conservó hasta la Constitucióndel 91.

En Ibagué y el Tolima, junto a Juan Tole Liz, exgobernador del Tolima, Alfonso Carvajal y Rómulo Perdomo Medina, Rafael Aguja se destacó cono defensor de los presos políticos ysociales que no eran pocos.

Pasado el tiempo, curtido de experiencia, fue profesor universitario en las facultades de derecho combinadas como abogado litigante.

Por razones de la pandemia y de trabajo, en los últimos meses había perdido contacto con Rafael, y solo volví a saber cuando escribí la nota de su retiro a los cuarteles de invierno a raíz de un comunicado de su hija Constanza, el pasado 7 de enero, nos anunciaba que: "Nosotras, María Constanza Aguja Zamora, Sandra Patricia Aguja, Marcela Aguja e Hilda Paola Aguja como hijas del abogado Rafael Aguja Sanabria les queremos comunicar a la ciudadanía en general y en especial a los clientes de su despacho de abogado, que por quebrantos de salud no podrá seguir ejerciendo su profesión demanera definitiva. Por lo que les rogamos que busquen nuevo asesor jurídico para llevar los procesos que aún tengan vigencia y se abstengan de seguir consultándolo".Desde entonces, la incertidumbre rondó por nuestros lares, e infortunadamente, en la noche de este sábado 20 de febrero, 13 meses después de haber recibido la notificación de sus hijas, recibimos la infausta noticia de la partida hacia el Oriente Eterno de RafaelAguja Sanabria.

Sus exequias se realizarán este lunes, a las 8:00 de la mañana en la iglesia de Nuestra Señora de Chiquinquirá. El Cronista.co, presenta sus condolencias a la familia Sanabria Zamora, y se solidariza por la sensible pérdida.

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